Nadie apuesta con más fuerza que quien no tiene nada que perder y la biografía de Sánchez está plagada de momentos temerarios. Lo peor de todo es que, en cada crisis, cada vez que ha huido hacia adelante le ha salido bien. De ahí que haya generado una suerte de adicción al riesgo. Como los ludópatas que se creen en racha o como los acróbatas instalados en el más difícil todavía. Hasta que se estrellan. Pedro Sánchez ha hecho lo que nadie consiguió jamás: doblegó a su partido dos veces y desde entonces se pavonea como un 'revenant' que conoce los secretos de ultratumba. Volvió desde ese lugar del que nadie vuelve y desde entonces sólo sabe acelerar. Tiene olfato...
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