El 95 por ciento de los pasajeros del AIFA realizan vuelos nacionales.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en Santa Lucía, transportó, en sus primeros dos años de funcionamiento a 4.6 millones de pasajeros, una cifra que representa poco más del 10 por ciento de lo que transporta el AICM en un año.
Cifras oficiales muestran que el tráfico de pasajeros en el AIFA se ha consolidado en sus primeros dos años de operación: en abril del 2022, su primer mes completo, el aeropuerto de Santa Lucía recibió a poco más de 35 mil pasajeros; para marzo de este año (última cifra disponible) el puerto aéreo tuvo un flujo de pasajeros que superó los 424 mil.
El aeropuerto en la base aérea militar número 1 continúa siendo de índole doméstica, pues más del 95 por ciento de sus pasajeros viajan desde y hacia destinos nacionales.
En marzo de 2024, el AIFA marcó su mejor registro mensual desde que inició operaciones, además que en solo el primer trimestre de este año ha logrado mover a más pasajeros -1.1 millones- que en todo 2022, fecha en la que comenzó a operar.
El AIFA fue construido con el objetivo de aliviar la saturación del AICM y conformar un sistema aeroportuario que permitiera elevar el flujo de pasajeros nacionales e internacionales desde y hacia la capital del país; no obstante, la meta no se ha cumplido, pues el AICM continúa saturado y solo ha podido aminorar el flujo de pasajeros en sus terminales con ayuda de decretos presidenciales que recortaron el nivel máximo permitido para operaciones aéreas por hora.
El Felipe Ángeles tiene una capacidad para 19 millones de pasajeros anuales en su primera etapa.
El nivel récord en el termómetro de la Ciudad de México comienza a tener repercusiones en los aeropuertos de la capital y está obligando a las líneas aéreas a disminuir el peso de sus equipos al momento de despegue para mantener las condiciones de seguridad necesarias.
Aeroméxico informó que es necesario restringir el peso de algunas de sus operaciones debido a “altas temperaturas” registradas en la Ciudad de México, en donde se registraron , en los últimos días, más de 34 grados, el máximo histórico para la capital mexicana.
“Los clientes afectados serán reubicados en el primer vuelo disponible”; indicó la aerolínea en sus redes sociales.
Las altas temperaturas disminuyen la densidad del aire, por lo que la capacidad de una aeronave puede verse reducida, es decir, el peso del avión se tiene que ajustar a las condiciones climáticas, por lo que se debe ajustar la cantidad de pasajeros, carga o combustible.
El caso de la Ciudad de México es aún más complicado debido a su altitud, lo que significa una menor densidad en el aire y, por lo tanto, condiciones menos óptimas para las operaciones aéreas que, sumadas al calor, requieren ajustes en el peso autorizado para el despegue.
