El afroamericano O. J. Simpson -atleta, celebridad mediática y asesino impune- falleció hace una semana en su casa de Las Vegas a los 76 años. Su televisiva saga judicial sirvió para ilustrar una vez más la profunda fractura racial de Estados Unidos. Acusado del apuñalamiento de su exesposa, Nicole Brown, y un amigo de ésta, Ron Goldman, ambos blancos, el jurado popular que absolvió en 1995 a O. J. estaba compuesto en tres cuartas partes por negros. Sin embargo, el jurado que llegó a la conclusión contraria en un posterior juicio civil, declarándole responsable de los dos asesinatos y ordenándole pagar millones a las familias de las víctimas, era mayoritariamente blanco. Durante el primer juicio ('The People of the State...
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