Hay una mala noticia para quienes esperan un pronto final de la legislatura, y es que hay muchas posibilidades de que Sánchez resista ocurra lo que ocurra en las elecciones de Cataluña . No sólo porque se haya especializado en mantenerse a flote en aguas turbias o en salpicar de barro a los adversarios para encubrir a su guardia pretoriana corrupta, sino porque el independentismo catalán aún tiene pendientes de cobro bastantes facturas y una agenda de transición soberanista basada en la necesidad de una entente de cooperación mutua. La condonación de la deuda, el concierto fiscal y, en último término, el referéndum de autodeterminación disfrazado de «consulta» son asuntos cuyo curso de negociación desaconseja la ruptura al menos hasta...
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