El azúcar promueve la proliferación de las bacterias nocivas en la boca, causa la placa, altera el esmalte y eso provoca la aparición de caries y enfermedad en las encías. Además, en el ámbito de la salud mental, se ha demostrado que las personas que consumen demasiado azúcar son más propensas a sufrir ansiedad y lidiar peor con el estrés y también dificulta el aprendizaje y la memoria.