El vidrio es uno de los materiales más singulares que ha utilizado el ser humano a lo largo de los tiempos. Quizás, uno de los más comunes e imprescindibles. Recipientes, ventanas, muros e incluso el remedio principal para la vista, las gafas, dependen de ello. En el límite de la Serranía Conquense, se encuentra un pequeño pueblo que esconde un gran tesoro . En un enclave serrano y con un maravilloso entorno natural, Vindel, localidad con una veintena de habitantes y en extremo riesgo de despoblación, crece junto al frondoso río de mismo nombre y a las laderas calizas que lo abrazan. Y con la unión del agua y la arena acoge un elemento cultural único y de gran importancia histórica: una fábrica de vidrio. Para intentar dar a conocer su historia se han conocido recientemente los datos de un estudio titulado 'Vindel escondido en un frasco de vidrio', desarrollado por un grupo de investigadores de la empresa Vestal Etnografía . «Este trabajo es muy curioso», afirma a ABC Tirso Moreno, uno de los responsables, que destaca que, en comparación con otros estudios, «no ha habido nadie que nos haya podido relatar nada de la importante industria del vidrio de esta pequeña localidad conquense». Algo que atestiguan los documentos históricos que hacen mención a esa labor, que hablan de más de 400 años de tradición vidriera de Vindel y los pueblos de los alrededores, en la comarca del norte de la Serranía de Cuenca y sur de la provincia de Guadalajara. Noticia Relacionada estandar No El motivo secreto por el que Felipe II construyó el Monasterio de El Escorial en una puerta al infierno César Cervera Según una leyenda local conocida por el Monarca, una mina en la zona enlazaba con las mismísimas puertas del infierno Vestal Etnografía nació hace dos años como una consultora que trabaja por defender y poner en valor los conocimientos y tradiciones que se están olvidando, con el objetivo de transmitírselas a las nuevas generaciones. «La gente mayor, que es la gran conocedora de todos esos saberes, se va muriendo en los pueblos, que se van quedando cada vez más vacíos, y ese acervo cultural se está perdiendo. Ahora, gracias al trabajo de campo y a la digitalización, estamos intentando recuperar y mantener muchas de esas costumbres y tradiciones», manifiesta Tirso Moreno . En el caso concreto de Vindel, que ahora tan sólo cuenta con 17 habitantes, había una fábrica en el mismo municipio que, gracias a la documentación encontrada, se sabe cómo funcionaba. «Lo interesante es que todo el pueblo, que en el siglo XVIII tenía alrededor de 300 vecinos, se dedicaba a la arriería , es decir, que eran arrieros y además de transportar otros enseres, vendían el vidrio que allí se hacía, un producto muy preciado que incluso llegaba a los puertos de Bilbao. Ello habla a las claras de que Vindel fue un centro vidriero muy importante y, a la vez, desconocido», subraya. En el Catastro del Marqués de la Ensenada El principal documento del que los investigadores de Vestal Etnografía se han nutrido ha sido el Catastro del Marqués de la Ensenada, elaborado a mediados del siglo XVIII bajo el reinado de Fernando VI. Allí, aparte de recogerse un gran número de detalles sobre cultivos, datos demográficos y población de Vindel, se describe perfectamente cómo era el horno para elaborar vidrio que en el pueblo existía. Fue entonces cuando vivió su máximo apogeo y, gracias a esa documentación, se conoce quién era su dueño, Felipe Andino y Virero, y el número de trabajadores que tenía. Pero, según indica el investigador, este no es el único testimonio de esa rica industria, ya que hay otra serie de documentos que corroboran y aportan informaciones relevantes. El primero de ellos está datado en el año 1553, lo que quiere decir que ya en el siglo XVI la fábrica de vidrio de Vindel estaba en funcionamiento y tenía su reconocimiento. Asimismo, en esa época, hay datos de otro pueblo cercano en Guadalajara, El Recuenco, que en las últimas décadas de esa centuria fue el centro vidriero del que se sacó ese material para construir el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial durante el reinado de Felipe II . Monasterio de San Lorenzo del Escorial, vidrio y grabado medieval de un antiguo horno vidriero Vestal Etnografía Posteriormente, en 1840, los carlistas aprovecharon la fábrica de Vindel para elaborar granadas de vidrio que utilizaron después, en la primera conquista de Cuenca, y también hay menciones al horno por parte de Pascual Madoz . Este ministro de Hacienda durante el bienio progresista fue conocido por la famosa desamortización de 1855, a la que dio nombre, y por su 'Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar', donde habla de todo ello. Además, hay algunos datos recogidos de archivos municipales en relación a la factoría, que cerró finalmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. «Que Vindel, acuciado por la extrema despoblación y aprovechando los recursos que el entorno le ha proporcionado, acoja una fábrica de vidrio con larga trayectoria histórica, es un patrimonio cultural de incalculable valor», concluye Tirso Moreno, que se lamenta de que actualmente se conoce poco de este ancestral oficio.