Me llama un día César Alierta a su despacho y me sorprende con un anuncio lacónico, tengo que decirte algo muy importante, y qué es eso tan importante que tienes que decirme, pues que he comprado opciones sobre acciones por casi el 25% del capital del Grupo Prisa. Corría principios de 2012 y a mí me dio un patatús, porque, de repente, aquel hombre a quien habíamos ayudado a salir del avispero de los medios, tantas veces enganchado en proyectos ruinosos que solo producían sinsabores, el hombre a quien habíamos liberado, no sin grandes esfuerzos y algún dinero, de semejante cepo, se a ...