Cristina Pedroche empezó las campanadas como activista de Greenpeace, luego se autoproclamó Madre Naturaleza (la Pachamama de Antena 3) y, justo antes de los cuartos, se despojó de su abrigo y gritó: «¡Soy agua!». Fue tantas cosas en tan poco tiempo que solo podía ser otra más: humana. Un minuto después de la performance ya estábamos en 2024 y ella lo celebraba con una Estrella Galicia en la mano. ¿No hacemos todos lo mismo? Despejado el propósito de año nuevo –el más corto de la historia, casi con total seguridad, pero es que hay que darse prisa en incumplir las promesas y ponerse a vivir, qué sé yo, a brindar, a fingir, a reír–, pasaron a publicidad, y quedó claro que el universo se expande, pero solo para meter más Estrellas Galicia dentro. Lo siento: también el humor está de resaca. Noticia Relacionada Televidente opinion Si Otra vez el fin del mundo Bruno Pardo Porto Hay una Navidad que sucede frente a la televisión, sustituto natural de la chimenea Acaban de estrenar Netflix 'Berlín', la precuela de 'La casa de papel', que por supuesto transcurre en París, porque parte de la idea de que planear un robo es como ir a la universidad o fundar un partido político: una excusa para la reproducción de la especie. «Qué más da si el amor se acaba o se gasta, si es la única razón para vivir», dice el protagonista en el primer capítulo, marcando el paso como un monitor de campamento. La serie abandona pronto la excusa del latrocinio para ir arrejuntando a sus personajes, que es lo que se ha hecho en la televisión desde los rayos catódicos: arrejuntar médicos, estudiantes, bomberos, policías, medio hermanos, príncipes, princesas y hasta periodistas. Llega un momento en 'Berlín' en el que todos los males que sufren los personajes no les llegan por llevarse unas joyas valoradas en cuarenta y cuatro millones de euros de una cámara acorazada, sino por desfasar cuando no toca. El plan es perfecto, pero ellos no. El siglo XX nos habría salido mejor si hubiéramos aceptado esto en vez de jugar a las utopías. Además de amor hay mucha publicidad en la serie. Estrella Galicia por aquí y por allá, a pesar de que Berlín es un dandi al que no le pega la cerveza. De tanto reinventar la televisión, en Netflix han acabado por inventarla, con el 'product placement' incluido. Es difícil resistirse al 'déjà vu' de 'Los Serrano' y sus desayunos con leche Puleva. Los atiborraban tanto que podrían haber explotado. Pero el estómago se expande igual que el universo. Y menos mal. Feliz año.