"No se lo pueden ni imaginar. Un día morirá un jugador, y lo verán (se darán cuenta)". Es el mensaje que envió, hasta en dos veces seguidas,
Daniil Medvedev a los estamentos del tenis mientras se secaba las manos con la toalla después de un punto disputado en el tercer set contra su amigo y compatriota ruso
Andrey Rublev.
Seguir leyendo...