Pedro y Ricardo Rodríguez se convirtieron en leyendas del automovilismo en México.
Los Hermanos Rodríguez han sido tan importantes para la historia del automovilismo en México que incluso la pista en donde se desarrolla el GP de México, el Autódromo Hermanos Rodríguez, fue nombrado en honor a Pedro y Ricardo.
Los pilotos mexicanos llegaron hasta la Fórmula 1 con prometedoras carreras impulsadas por su padre, un empresario que les inculcó el gusto por el deporte del que sobresalieron al llevar el nombre del país en alto. A continuación, te contamos más sobre cada uno.
El mayor de la descendencia Rodríguez comenzó a correr gracias a las bicicletas cuando tenía ocho años e incluso se consagró campeón nacional en 1952 y 1954.
Fue hasta 1957 que hizo su debut en Bahamas al conducir un Ferrari 500TR. Al año siguiente se inscribió en las 24 horas de Le Mans, donde corrió durante 14 años consecutivos.
Algunos de los logros de Pedro Rodríguez a lo largo de su carrera –y 55 Grandes Premios en la máxima categoría entre 1963 y 1971– son los siguientes:
Quien fue el primer mexicano en ganar un Gran Premio (se subió siete veces al podio) con dos temporadas completas en la F1 también participó en Nascar y Rallies; fue alabado por su habilidad de conducción en condiciones de lluvia y de noche.
Pedro falleció a los 32 años –en 1971– tras un accidente en las 200 millas de Norisring, en Núremberg, Alemania cuando perdió un neumático y se estrelló, por lo que su auto se prendió fuego.
El hermano menor de Pedro inició en el automovilismo mexicano en los mismos términos con un debut en 1957 en el circuito de Riverside superando a sus rivales.
En su tiempo fue reconocido por ser el piloto de Fórmula 1 más joven en competir para la escudería de Ferrari, cuando formó parte del Gran Premio de Italia 1961, a los 19 años. Dentro de la Fórmula 1 fue cuarto en Spa-Francorchamps y sexto en Nurburgring. Los siguientes son algunos de sus podios:
Su muerte es una de las más trágicas para el deporte ya que ocurrió durante las prácticas libres del Gran Premio de México de 1962, justamente en una peligrosa curva peraltada del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Ricardo manejaba un Lotus-Climax tras la negativa de Ferrari de participar en una carrera que no daba puntos, por lo que consiguió permiso para representar a Rob Walker Racing Team.
