Qué justito todo. Con pinzas se sostenían los toros de José Vázquez, sin excesos y todos rajados buscando descaradamente las tablas. Menos mal que antes de sus vergonzantes huidas dejaron señales de nobleza que los de luces aprovecharon en mayor o menor medida. Quien se llevó el premio gordo fue Ginés Marín en una tarde de ambición por el triunfo, de valor y de pasajes de buen toreo, al que secundó Cayetano, muy centrado con el que abrió plaza, mientras el tercero en discordia, Ángel Téllez, pasó con más pena que gloria. Marín meció el capote con buen aire al recibir al segundo, ante el que se plantó de rodillas para iniciar la faena de muleta. Intenso y desafiante ante un toro al que le costó mucho cuadrar por su condición de manso y al que recetó una contundente estocada. No cayó la oreja, pero sí las dos del quinto, con el que se dobló para sacarlo a los medios y ahí quedó un inmenso cambio de mano aguantando un escalofriante parón del de Vázquez. Siguió con garra, arrojo y buen toreo con ambas manos hasta un final por bajo aprovechando las escapadas. Estocada contundente y aquí el usía anduvo más complaciente al sacar los dos pañuelos que le abrían la puerta grande. Feria del Pilar Plaza de toros de la Misericordia. Sábado, 15 de octubre de 2022. Tres cuartos de entrada. Toros de José Vázquez, uno, el 3º, de Juan Pedro Domecq, y el 6º, como sobrero, de El Pilar, desiguales de presencia, rajados y nobles. Cayetano, de rosa y oro. Pinchazo y estocada (vuelta al ruedo). En el cuarto, estocada (ovación). Ginés Marín, de coral y oro. Estocada. Aviso (vuelta al ruedo). En el quinto, estocada (dos orejas). Salió a hombros. Ángel Téllez, de grana y oro. Tres pinchazos y estocada. Aviso (ovación). En el sexto, bajonazo y tres descabellos. Aviso (silencio). El primero se tapaba con los pitones, muy justo de todo, aunque desarrolló nobleza. Cayetano aprovechó y se acopló desde el primer momento. Bien a derechas, ajustado en largos muletazos. Al natural mantuvo el nivel en una faena más que notable en la que no faltaron los desplantes y un buen final por ayudados. Pinchó antes de una estocada, lo que, sin duda, valoró el palco para no conceder el trofeo solicitado con insistencia por los tendidos. La mirada desafiante que Cayetano le mantuvo durante algo más que un instante al presidente fue de las que hielan el alma. Ahí concentró, sin duda, la casta de Rivera y de Ordóñez. La rabia contenida por el triunfo que se escapaba. Con el basto que hizo cuarto las buenas intenciones del torero no le valieron más que para pasaportarlo con la mayor dignidad posible. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Morante y Urdiales salvan la 'juampedrada' Cerraba el cartel Ángel Téllez, que anduvo anodino y al que el tercero de Juan Pedro Domecq lo cogió de muy fea manera cuando remataba un natural. Que siguiera en el ruedo fue un milagro.
