Puede viajar grandes distancias bajo el agua sin ser detectada y tiene la fuerza suficiente para desencadenar un tsunami radioactivo.
Las alarmas de todo el mundo se encendieron, cuando la OTAN advirtió con preocupación que un submarino nuclear ruso de última tecnología, llamado K-329 Belgorod, había comenzado a movilizarse hacia el mar de Kara, con el fin de probar a Poseidón, el poderoso misil que guarda en su interior.
Estamos hablando de la bomba termonuclear más grande de todos los tiempos, que puede viajar grandes distancias bajo el agua sin ser detectada y tiene la fuerza suficiente para desencadenar un tsunami radioactivo de 1.600 pies.
El “ataque nuclear sería una señal simbólica para que Rusia demuestre que está dispuesto a defenderse”, según explica la revista ‘Forbes’.
El primero de marzo del 2018, Vladímir Putin presentó ante el mundo este submarino. De hecho, en su discurso dijo: “Quiero decirles a todos aquellos que han alimentado la carrera armamentista en los últimos 15 años, buscando obtener ventajas unilaterales sobre Rusia, e introducido sanciones ilegales destinadas a contener el desarrollo de nuestro país: Todo lo que querían impedir con sus políticas ya sucedió”.
Tras estas palabras, el “arma del apocalipsis” fue exhibido junto al avión caza Sukhoi Su-57, los cuales hacen parte del armamento ruso más desarrollado hasta la fecha.
‘Poseidón’ comenzó sus operativos en julio del 2022, tal y como lo prometió el mandatario ruso. La agencia Rusa TASS para ese momento confirmó que la base de la nave estaba en construcción, además de que era “un arma sofisticada y requiere esfuerzo mantenerla en el orden correcto”.
En cuanto a su estructura y funcionamiento, este tiene 184 metros de eslora, 15 de manga, puede viajar a unos 60 kilómetros por hora bajo el agua y permanecer casi 120 días sin regresar a la superficie.
La principal característica de este sumergible, es que es capaz de transportar una ojiva nuclear y pasar desapercibido. Ningún radar o satélite estadounidense puede detectarlo, especialmente porque fue construido para emanar la menor cantidad de calor posible.
Ahora bien, el problema es precisamente lo que lleva dentro. Belgorod es la flota como tal, pero lo que suele transportar es a Poseidón, un proyectil de 2 metros de diámetro y 24 metros de largo que puede portar una cabeza nuclear de dos megatones.
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Durante el discurso del 2018, el mandatario expuso que esta contiene suficiente cobalto tóxico, como para contaminar un área de 1.700 × 300 kilómetros. También puede moverse a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora y alcanzar una distancia de 10.000 kilómetros sin hacer ruido.
Según expertos consultados por el diario italiano ‘La Reppubblica’, explican que su funcionamiento es similar al de los misiles intercontinentales que funcionan desde 1960, pero la gran preocupación ahora, es que el impacto de este torpedo podría llegar a desencadenar un tsunami radiactivo con olas de hasta 120 metros de altura.
Según la Federación de Científicos estadounidenses, Rusia tiene aproximadamente 5.977 ojivas nucleares, siendo el país con más armamento nuclear en el mundo. De hecho, en el 2018, Putin sostuvo que Rusia se vio obligada a mejorar su arsenal nuclear después de que Estados Unidos se retirara del tratado sobre misiles antibalísticos (ABM) en 2002.De estas ojivas, 4.477 se encuentran en armas estratégicas, lo que significa que están incorporadas en cohetes o misiles de largo alcance.