Era un cotejo decisivo en la lucha por el campeonato. Duró 10 minutos. El humo invadió el estadio, afectando a hinchas y jugadores, no se pudo jugar más.
El partido entre Gimnasia y Esgrima y Boca Juniors se interrumpió a los 10 minutos del primer tiempo por incidentes fuera del estadio del club platense entre hinchas locales que pugnaban por ingresar cuando las puertas se habían cerrado y la policía, que intentó contenerlos lanzando gases lacrimógenos que invadieron el terreno de juego y afectaron a los aficionados que estaban en las gradas y a los propios protagonistas.
En la previa del encuentro, en las inmediaciones del estadio Juan Carmelo Zerillo, se desató una serie de incidentes cuando el público local intentó entrar rápidamente y desde el club decidieron cerrar las puertas, y los hinchas y socios que se quedaron afuera no lo tomaron a bien y se enfrentaron con la Policía en los distintos accesos del Bosque.
En un principio hubo corridas, piedrazos y balas de goma, pero con el correr de los minutos los uniformados respondieron con gases lacrimógenos, que terminaron ingresando al campo de juego y afectaron a jugadores, cuerpo técnico y terna arbitral, además de los hinchas de las plateas más cercanas a los incidentes.
El partido quedó demorado a los nueve minutos de juego, con ambos planteles retirándose al vestuario hasta que pase el efecto de los gases. Finalmente, el árbitro Hernán Mastrángelo suspendió el juego por falta de garantías.