Cuando en enero de 2020 Invasor publicaba que la informatización en el Registro de Consumidores (más conocido como Oficodas) de Ciego de Ávila iba a paso lento, cualquiera podría pensar que, dos años después, tendríamos mejores noticias para dar; sin embargo, los tropiezos siguen marcando el ritmo de un proceso en el que la digitalización parecer ser una cuesta difícil de subir.