Para evitar el desabastecimiento de productos básicos, el Gobierno negocia con las empresas retocar las subas de los precios y volver a llenar las góndolas.
El Gobierno negocia con las empresas proveedoras de productos de necesidad básica como alimentos, limpieza e higiene una renovación de la canasta de Precios Cuidados con aumentos superiores al 6% trimestral previsto, a cambio de asegurar el abastecimiento en los supermercados y comercios de cercanía. El anuncio será antes del 7 de julio, cuando vence la actual lista de precios.
Además, la Secretaría de Comercio Interior que comanda Guillermo Hang y está bajo el ala del Ministerio de Economía, de Martín Guzmán, revisará las tasas del programa Ahora 12 y buscará sumar más financiamiento a los tres fideicomisos vigentes que intentan desenganchar los precios locales de los alimentos de sus valores internacionales.
Las medidas se enmarcan en un cambio de tono en la relación con las empresas, después de la salida de Roberto Feletti y la llegada al Palacio de Hacienda de un asesor de confianza del ministro, trasladado desde el Banco Central (BCRA).
Después de detectar un faltante generalizado de productos provocado por una brecha de precios que va del 30% al 40% en algunas marcas entre los que están incluidos en Precios Cuidados y los que no, la decisión oficial es acelerar el aumento de los precios de la canasta "cuidada" con el fin de que aparezca la oferta.
Lo más demandado en este momento es gaseosas, aceites, productos de limpieza e higiene personal, contaron fuentes oficiales.
"Hay una brecha creciente entre los Precios Cuidados y los 'libres', que generó desabastecimiento. El objetivo número uno es que tener abastecimiento, antes que sostener precios que dejaron de ser una referencia", explican en el Gobierno.
En los despachos oficiales también pretenden "focalizar" la canasta y reducir la cantidad de productos, hoy superior a los 1350. La lectura del momento es que existe producción pero "no a los precios que nos gustaría".
Además, la intención de los funcionarios es "reforzar las áreas de Defensa del Consumidor y Defensa de la Competencia", lograr que "cada vez más pymes regionales productoras de alimentos participen en las góndolas" y continuar con los controles, aunque con un cambio de foco respecto a su "rigidez".
La Ley de Abastecimiento no se aplicará sino hasta una última instancia, ya que el espíritu es de "negociación, consenso y acuerdos" con las empresas.
En relación al programa de compras en cuotas, la Tasa Nominal Anual (TNA) -hoy de entre 31% y 36%, según el plazo- tendrá un aumento que se está negociando con los bancos en medio de un "reordenamiento general de las tasas de interés".
Es decir que el Gobierno continuará con el sendero gradual de crecimiento de las tasas como política para controlar la inflación y explorará caminos para reducir la brecha entre la tasa de estos programas y la de Letras de Liquidez (Leliq).
Otra de las herramientas anti inflacionarias que tiene a mano el Gobierno es los fideicomisos, con renovación anual.
El fideicomiso de la harina 000 y los fideos secos cuenta con unos 25 millones de dólares aportados por las empresas y hoy tiene pocos fondos, por lo que en Economía quieren renovarlo. Entienden que tuvo "buenos resultados", pero fue pensado "para otro contexto". El subsidio del precio es cercano al 40%.
En cuanto al del aceite de girasol y de soja, los fondos alcanzan para 2 o 3 meses más, con otro subsidio relevante.
Y el fideicomiso del trigo tiene 3 molinos adheridos (Molinos Cañuelas, Molinos Florencia Sau y la Compañía Argentina de Granos -Cagsa-), y se podrían sumar otros 4 más, entre ellos Morixe Hnos.
En el Ministerio de Economía sostienen que la inflación es un fenómeno "multicausal" a trabajar desde varios frentes.
Y como al resto del Gobierno, en esos despachos cayeron pésimo los dichos del dueño de supermercados La Anónima, Federico Braun, que dijo que "remarca precios todos los días". "Es un empresariado que no tiene responsabilidad social", cuestionaron.
