«Yo no soy un ladrón». Así ha concluido su declaración en la Audiencia de Alicante el yerno del mítico jugador húngaro Ferenc Puskas, acusado de gastar y desviar a una cuenta suya los casi 1,2 millones de euros que pagó una empresa editorial de Hungría por el legado del jugador, que incluía sus trofeos y otros bienes. El acusado ha sido juzgado junto a un exdirector de una sucursal de Caixaltea en l’Alfàs del Pi por sendos delitos de estafa y falsedad documental y ambos se enfrentan a una petición de seis años de cárcel. El procesado ha asegurado al tribunal que tenía autorización tanto de su esposa como de su suegra para disponer del dinero pagado por la editorial húngara por el legado de Puskas.