La DFB Pokal es el primer título que consigue RB Leipzig desde su fundación en 2009. Una corta pero muy intensa historia en su camino al éxito, que ha levantado numerosas críticas al club de Red Bull por parte de la amplia mayoría de clubes del fútbol alemán. Te contamos por qué Los Toros Rojos son el club más odiado en Alemania.
Algo que hace especial a la Bundesliga y toda la estructura del fútbol teutón es que, a diferencia de otras ligas, los fans siguen teniendo un peso muy importante en el día a día de sus equipos. La regla del 50+1 establece que el club y sus socios deben tener siempre la mayoría de derechos de voto del mismo. Es decir, un inversor externo no puede controlar la toma de decisiones puesto que son los propios aficionados los que tienen ese poder. De esta manera hay un arraigo mucho mayor de cada aficionado a su club.
La regla del 50+1 contempla varias excepciones. Dos de ellas son Bayer 04 Leverkusen y VfL Wolfsburg, gestionados respectivamente por Bayer y Volkswagen ya que ambas compañías están históricamente vinculadas a la creación de estos clubes. Luego existe el caso de TSG Hoffenheim cuyo máximo inversor y propietario, Dietmar Hopp, pudo acceder a la mayoría de derechos de voto al estar activamente vinculado durante más de 20 años, una variable que la regla del 50+1 también contempla. Estos tres equipos son ampliamente criticados por toda Alemania por no ser completamente fieles a las bases de esta regla, pero ninguno se acerca a RB Leipzig.
Para esquivar el 50+1, Red Bull estableció una junta de socios compuesta por personas vinculadas a la empresa. De esta manera el gigante energético tiene control completo sobre el Leipzig sin necesariamente incumplir la regla, algo que los alemanes consideran como «matar la esencia». Incluso, al no poder aparecer Red Bull en el nombre del club, se le nombró Rasenballsport Leipzig para que sí pudieran aparecer las siglas «RB».
La forma en que el RB Leipzig llegó al fútbol alemán también es uno de los aspectos que más se critican. Inicialmente, el plan de Red Bull era comprar el Chemie Leipzig, un histórico club de la ciudad que se encontraba en aquel momento en una situación financiera complicada, pero sus aficionados se opusieron y la DFB impidió la operación. Ante esto, terminó comprando la plaza en Oberliga (Quinta División) de un equipo de la zona.
Desde 2009 hasta 2016, el RB Leipzig consiguió un ascenso meteórico desde la Oberliga hasta la Bundesliga, haciendo un buen uso de sus recursos económicos y sentando la base para su debut en la máxima categoría. En su primera temporada logró salir subcampeón de Alemania y dejó claro que había llegado para quedarse. En tan sólo cinco años han alcanzado unas semifinales de Champions League, se ha convertido en un regular en la zona alta de la Bundesliga y, tras tres finales, ha conseguido su primera DFB Pokal.
Pese a todos estos logros, muy poca gente en Alemania considera que hayan estado en igualdad de condiciones con ninguno de los equipos que les rodeaban hasta llegar a la Bundesliga. La gran infraestructura que el Leipzig consiguió crear deja el pensamiento generalizado de que, pese a venir desde abajo, estaban muy por encima de los demás.
Para mostrar una parte de esa enemistad del fútbol alemán hacia RB Leipzig, podemos recordar todo lo sucedido en esta definición de DFB Pokal que terminaron conquistando. Su rival, SC Freiburg, intentó que no apareciera ningún tipo a referencia a Red Bull durante la final ni en el merchandising, algo que finalmente no sucedió. Luego, ya en el estadio, sus hinchas presentaron en la grada el mensaje «Club verdadero – como el fútbol debe ser», haciendo referencia a que se considera al Leipzig un club «de plástico». Y la cosa no fue solo del Freiburg porque, cuando el Leipzig levantó la Pokal, ninguno de los clubes de la Bundesliga le felicitó por el título, algo que se suele hacer cada temporada. La amplia mayoría de hinchas alemanes apoyaban a Los de la Selva Negra.
Los Toros Rojos han demostrado ser un gran ejemplo de gestión deportiva pero, en Alemania, cada triunfo es motivo de lamento y no de celebración. Esta Pokal ha abierto una vez más el eterno debate entre tradición e innovación en el fútbol alemán, en un momento donde varios equipos de la Bundesliga han perdido completamente el sentido. Pese a que la queja sobre el Leipzig no cese, esto sólo es el comienzo.