Será una ayuda directa de 200€ mensuales desde que el niño o la niña nazca hasta que cumplan los tres años. Es decir, las familias en ese tiempo recibirán 2.400 euros anuales por cada descendiente. De esta manera el Gobierno Vasco tratará atajar la baja natalidad y el envejecimiento de la población que amenazan a la comunidad autónoma con un crudo «invierno demográfico».
Porque cuando preguntamos en la calle, a los jóvenes vascos les gustaría tener dos hijos de media y poder emanciparse poco después de cumplir los 20 años. Sin embargo, las encuestas revelan que terminan emancipándose pasados los treinta, cuatro años más tarde que la media de la Unión Europea, y tienen el primer hijo pasados los 32, lo que hace que la tasa de maternidad se sitúe en el 1,28.
No es solo una cuestión de expectativas frustradas. En los últimos 20 años la población en edad laboral del País Vasco se ha reducido en 92.000 personas. El Gobierno vasco calcula que se reducirá en 220.000 personas más en las próximas tres décadas. Es decir, a este ritmo, en el año 2050 prácticamente la mitad de la población estaría jubilada y con esa proporción el actual sistema de políticas sociales sería insostenible.
La cuantía de la prestación, que hoy ha anunciado Iñigo Urkullu en el pleno monográfico sobre Demografía que ha celebrado el Parlamento de Vitoria, supone ya una importante mejora respecto a las ayudas que reciben ahora los recién estrenados padres. Desde 2018 el País Vasco concede entre 400 y 900 euros en un único pago cuando nace el primer hijo. Con el segundo los padres reciben la misma cantidad anual hasta los tres años, y a partir del tercero el pago se realiza hasta los seis años.
A partir de ahora, sin embargo, será una cuantía fija mensual a la que podrán acogerse las familias con una renta estandarizada inferior a los 100.000 euros. Entrará en vigor en el año 2023, y será compatible con las deducciones fiscales, ayudas al alquiler y medidas de conciliación que estén en vigor. Así, según ha explicado Urkullu, una familia podría llegar a recibir hasta 6.900 euros entre prestaciones y deducciones fiscales hasta que el menor cumpla los tres años.
A esta medida se une la ya anunciada gratuidad de la educación desde los cero años o la habilitación de préstamos a intereses cero para proyectos de emprendimiento, formación o vivienda para jóvenes. Además, se incorporará la perspectiva demográfica en la elaboración de normas, estrategias o programas de inversión.
«No hay medidas que por sí solas tengan efectos milagrosos», ha explicado el lendakari, pero espera que este primer anuncio sirva para crear «un ecosistema de condiciones favorables para la emancipación y la construcción de familias». El objetivo, ha asegurado, es conseguir que los jóvenes vascos «tengan los hijos que desean, cuando lo desean, sin retrasos forzados por la falta de condiciones».
