La cocina africana es un mundo fascinante e inabarcable como el propio continente, por eso aquí ya te hemos traído las recetas de varias chefs africanas que puedes emular en casa.
Pero seguro que la experiencia será mucho más completa y divertida si te acercas a algunos de estos restaurantes para disfrutar no solo de su gastronomía sino también de su cultura, de su música, sus bailes y su artes.
Y, sobre todo, de sus costumbres a la hora de comer, muchas veces en taburetes bajitos. En algunos casos, sin alcohol y compartiendo con desconocidos, tanto las viandas como la cháchara.
Vete a disfrutar de la alegría de vivir y la espiritualidad que se respira en estos locales por toda la península, y, si conoces alguno más, recomiéndanoslo en comentarios, por favor.
La propietaria de este local mítico del barrio de Gracia, en Barcelona, es una mujer etíope con un carisma inmenso que dio con la fórmula del éxito: reproducir las costumbres de su país natal para que sus clientes se evadieran de su vida normal en Barcelona y se integraran en un espacio donde las mesas son bajitas, así como sus taburetes.
En el centro, una bandeja con todos los ingredientes, vegetarianos o con pollo o ternera, van sobre un injera, el pan etíope en forma de crepe. Y los comensales se sientan alrededor a compartir, cogiendo con la mano su parte del pan a modo de gancho para recoger las viandas. No falta la música jamás, ni la conversación.
Más que un restaurante, es un espacio de encuentro cultural, artístico y de alegría, con muy buen ambiente, exposiciones y conciertos programados, sobre todo para pasar los domingos en Barcelona entre colegas compartiendo la comida.
En la carta hallarás platos principales africanos como akara (buñuelos de judías blancas), mboroje (sopa a base de hojas de yuca con carne), yassa (sopa de cebolla con pescado o con pollo), supu kandia (arroz con salsa de okra, ternera y pescado seco) o attieke (cus cus de yuca con pollo o pescado o vegano).
Un restaurante con muy buenas críticas en Blanes (Girona), de comida tradicional casera con entrantes como loko, plátano macho verde frito y fisch faitt, mini crujientes de masa frita, acompañada con salsa de frijoles de ojos negros.
Brasa con toque africano y especialidades como benechín o thieboudienne con pollo o dorada, yassa, que es pescado o pollo a la brasa, acompañado con salsa de cebolla marinada y arroz; domoda, salsa de cacahuete con carne y verduras y arroz; supakanja de carne con salsa de okra y marisco; y attieke, o sea, yuca fermentada, secada y rallada, al vapor. Acompañada con pescado o carne, salsa de cebolla y verduras.
Se mueve entre la cocina marroquí y la senegalesa, desde el cuscús o el tajine de ternera pasando por platos tradicionales de Senegal como el arroz con salsa de cacahuete con carne de ternera y patata, el Thie Boden de pescados marinados con arroz y zanahoria, col, limón, yuga, berenjena y calabacín, sopa de lenteja o de harina.
O el Tebuyapu de arroz con carne de ternera y verdura, pimiento rojo y verde, cebolla y zanahoria rallada; el cordero a la plancha marinado con cebollas y arroz con banana frita, y la dorada frita con gambas, patata frita, salsa de cebolla y ensalada; hasta, finalmente, postres como el laj.
En Ceuta no podemos esperar menos que un buen restaurante africano, pero lo curioso es que este lo montaron el periodista Ramón Pouso y su esposa Malika en 1971 en la colina del monte Hacho con la intención de crearse su propio Oasis con vistas al Estrecho de Gibraltar.
De salón de té pasó a ser un precioso restaurante donde Malika saca lo mejor de la gastronomía del norte africano con los sabores exóticos de las recetas rifeñas o especialidades como la breua y la pastela de pescado o de pollo (que se diferencian en que el hojaldre de la breua queda más crujiente que el de la pastela) y el conocido tajín de cordero (con ciruela, orejones, calabaza endulzada y membrillo).
En A Coruña, una buena manera de probar distintos platos típicos africanos, como el Thiep Bou Diéne, arroz dorado con pescado y verduras; o los Vermiselle, fideos al vapor con pollo y salsa Mamá África; el Ndambé, guiso de habas con ternera y salsa de tomate; y las fataya, empanadillas de atún; el Thiérrée Senegalés o Marroquí, o sea, cuscús; Djiendiére, que es zumo de jengibre; maafé o begné, que son buñuelos. Son famosas sus albóndigas de pescado.
Cocina senegalesa en el centro de Lavapiés (Madrid), un refugio gastronómico que alberga las especialidades más representativas de la cocina africana con platos típicos como maafé (arroz con carne y salsa de cacahuete), thiebou dieune (arroz con verduras y pescado) , thiebou yapp (arroz con carne, salsa de cebolla y macedonias, yassa (arroz blanco con pollo y salsa).
La propuesta de su cocina, rica en verduras, es ideal tanto para comensales veganos o vegetarianos como para celíacos .Y para beber, sus zumos especiales, mientras escuchas la mejor música africana.
En Sevilla ya tienen comida senegalesa y marroquí para hartarse con platos como la ensalada senegalesa (macerado con salsa especial), taboule, tajines, pastela o especialidades ya mencionadas como mafe, thieboudienne (pescado y verduras con arroz) thiebou yapp, soupe kandia (carne en salsa a base de aceite de palma, gombo y marisco con arroz).
Y de postres, beñe (buñuelo senegales) y torta msemmen (crepe con chocolate o miel). Para beber, bisab (zumo de hibiscus), ginger (zumo de jengibre) bouy (zumo de fruto de baobab y leche), té marroquí o café toura (café senegales especiado).
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