El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no quiso aclarar este martes si realmente había mantenido contactos con las autoridades argelinas antes de acceder a las exigencias de Marruecos de apoyar sus posiciones en el conflicto del Sahara Occidental. En una tormentosa rueda de prensa al término de un consejo de ministros de Asuntos Exteriores en Bruselas, Albares afirmó que «Argelia es un socio sólido, estratégico y fiable», pero a la pregunta concreta de si habían advertido a sus autoridades sobre el cambio de posición de Pedro Sánchez antes de que lo anunciase Rabat, se limitó a decir que «las comunicaciones entre España y Marruecos son bilaterales, exclusivamente». Albares intentó zafarse de las insistentes preguntas usando la misma formulación y justificando que «en diplomacia se necesita discreción», lo que tampoco aclara por qué el sábado el Gobierno afirmó que sí había informado a Marruecos.
La comparecencia del ministro acabó en una tensión tan evidente que los periodistas portugueses que estaban en el pasillo y lo vieron salir con tal ímpetu y contrariedad de la sala española acudieron a interesarse por si se había producido algo grave. Albares se escudó permanentemente en su idea de que ha pedido comparecer en el Congreso y que por ello reservaba sus respuestas a los diputados. Siendo un consejo de ministros dedicado a la guerra de Ucrania, el ministro reconoció al menos que «algunos colegas» le habían preguntado sobre el súbito cambio de posición de España.
Aprovechando el viaje a Bruselas también se reunió con el enviado especial del secretario general de la ONU para el Sahara, Staffan de Mistura para transmitirle «el apoyo de España a su labor para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas» y ofrecerle el avión militar que España pone a su disposición «para desplazarse a donde quiera».
El tema del Sahara había entrado por la mañana en el debate comunitario cuando la Comisión Europea consideró «positivo que los países miembros mejoren sus relaciones con Marruecos», aún sin calificar el cambio de posición del Gobierno español sobre el problema del Sahara Occidental que según su doctrina oficial debe ser gestionado de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas. La portavoz de Exteriores de la Comisión, Nabila Massrali dijo que «sobre la posición de España, la Unión Europea saluda los desarrollos positivos entre los Estados miembros y Marruecos en la relación bilateral que benefician a la asociación de la UE y Marruecos».
La UE es el socio comercial predominante de Rabat y actualmente Bruselas gestiona las consecuencias de una sentencia del Tribunal Europeo que el año pasado anuló el tratado de libre comercio entre ambos porque no tenía en cuenta los intereses de los habitantes del Sahara. Los Veintisiete no tienen un papel en el conflicto de la antigua colonia española que, según la portavoz, debería resolverse teniendo siempre en cuenta que «la solución debe ser política, justa, realista, pragmática, sostenible en el tiempo y mutuamente aceptada» por las partes.
Después de dos años de tirantez entre España y Marruecos, el pasado viernes las autoridades marroquíes anunciaron que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había enviado una carta en la que expresaba su apoyo a las tesis de Rabat para convertir el territorio en una región marroquí con cierta autonomía como «la base más seria y realista» para encontrar una solución al asunto del Sahara. Antes que España, Alemania y Francia habían hecho gestos parecidos hacia Marruecos.
Desde Naciones Unidas a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, pidió «a todas las partes» mantener el apoyo a la labor del enviado especial del secretario general para el Sahara Occidental, Staffan de Mistura, y a las resoluciones al respecto aprobadas en el Consejo de Seguridad. «Reiteramos la importancia de mantener un compromiso pleno con un proceso político facilitado por la ONU en línea con la resolución 2602 del Consejo de Seguridad», dijo Dujarric en relación al último texto que aprobó el órgano con más poder de la ONU, a finales del pasado octubre, informa Javier Ansorena
