Hay una historia acalorada detrás de este éxito de taquilla tan esperado entre dos de los jugadores más dinámicos del ATP Tour: uno, 21 veces campeón de Grand Slam que a los 35 años continúa marcando la pauta en su deporte; el otro, un atlético atlético que, después de caer al No. 137 del mundo, vuelve a estar motivado y a jugar el tipo de tenis que lo llevó al No. 13, el mejor de su carrera, en 2016.
El jueves, Rafael Nadal extendió su mejor temporada personal. Arranca con 18-0, tercero mejor en la Era Abierta. Su despido por 7-6(3), 7-6(5) en los octavos de final del estadounidense Reilly Opelka también fue su victoria número 400 en Masters 1000. Después de unirse a su compatriota australiano Thanasi Kokkinakis para una exitosa carrera en el título de dobles del Abierto de Australia, Kyrgios dice que una vez más está en forma y motivado. El enigmático jugador de 26 años, también cuartofinalista aquí en 2017, se benefició de una victoria en la cuarta ronda (Jannik Sinner se retiró por una enfermedad) y debería ser el más descansado de los dos. Kyrgios reclamó su primer cara a cara con Nadal en los octavos de final en Wimbledon en 2014, pero está 3-5 en la general contra el mallorquín. “Está jugando muy bien”, dijo Nadal sobre su próximo oponente. “Es uno de los oponentes más duros de la gira. Todo el mundo sabe lo bueno que es cuando está motivado. Probablemente mañana lo estará. Será una buena prueba para mí, un buen desafío. Pero estoy emocionado de estar en los cuartos de final. Voy a tratar de estar listo para eso”.
