Es probable que industrias y personas concretas carguen con la mayoría de los castigos al agravarse la crisis, según expertos.
WASHINGTON.- La Casa Blanca y las funcionarios de Estados Unidos han amenazado a Rusia con sanciones financieras que conllevarían “graves consecuencias” si invade Ucrania, pero por el momento las represalias occidentales han recaído en muchas personas.
Expertos ven improbable que Estados Unidos y sus aliados acepten algo tan general como una prohibición completa del comercio con Rusia o un embargo. En lugar de eso, es probable que industrias y personas concretas carguen con el grueso de las sanciones al agravarse la crisis.
El Kremlin ha restado importancia a las sanciones contra funcionarios y líderes empresariales rusos impuestas por Estados Unidos y sus aliados. El vocero Dmitry Peskov señaló esta semana que los congresistas parecían no haberse dado cuenta de que la ley rusa prohíbe a los miembros del gobierno tener activos en el extranjero.
Estados Unidos insiste en que las personas señaladas pierden ingresos y valor de activos considerables por las sanciones financieras, que por ejemplo limitarían sus compras e inversiones.
La geopolítica, la dependencia europea del gas natural ruso y el enorme tamaño de Rusia son algunos de los motivos que impiden a Estados Unidos someter a Moscú a un embargo más amplio como los que pesan sobre Cuba, Corea del Norte e Irán.
A continuación, un vistazo a cómo y por qué podría optar Occidente por sancionar a personas o industrias concretas en Rusia, en lugar de medidas más generales.
En ocasiones, esa medida más ajustada pretende evitar daños involuntarios a gente corriente o provocar acciones que perjudiquen a su vez a intereses occidentales.
Un reciente reporte del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) indicó que Estados Unidos y la Unión Europea aspiran a imponer sanciones “de forma que pueda hacer que Rusia cambie su comportamiento al tiempo que minimizan el daño colateral al pueblo ruso y a los intereses económicos de los países que imponen sanciones”.
Las autoridades alemanas han prometido que el futuro del nuevo ducto Nord Stream 2 estará “sobre la mesa” si Rusia actúa contra Ucrania. El gasoducto se construyó para llevar gas natural ruso directamente a Ucrania, evitando a Ucrania. Bloquearlo afectaría a las exportaciones rusas de gas en un mercado crucial.
Según el CRS, varios multimillonarios rusos con conexiones políticas y sus empresas son posibles objetivos de sanciones.
La rama del Departamento del Tesoro que supervisa los activos extranjeros ha identificado al menos 445 empresas y personas como “ciudadanos especialmente designados y personas bloqueadas”.
En gran parte son personas vinculadas con la desestabilización de Ucrania, la apropiación indebida de activos y operaciones en Crimea, la península del Mar Negro que Rusia arrebató a Ucrania.
Entre los objetivos hay miembros del gobierno y jefes de compañías estatales, como el ministro ruso del Interior, los directores de las agencias de inteligencia extranjera y el servicio federal de penitenciaría y los presidentes de las dos cámaras del parlamento.
También podrían esperar sanciones los directores generales de las firmas estatales de petróleo y gas Rosneft y Gazprom, la firma de defensa Rostec y varios bancos.
Cuando Rusia invadió y se anexionó Crimea en 2014, Occidente impuso sanciones como límites al comercio, bloqueo de activos bajo jurisdicción estadounidense y limitar su acceso al sistema financiero de Estados Unidos, que aún se mantienen sobre al menos 735 personas, entidades y embarcaciones, según la Oficina de Control de Activos Extranjeros.
En el último año, Estados Unidos ha añadido otras sanciones.
El Tesoro de Estados Unidos sancionó este mes a cuatro personas, incluidos dos parlamentarios ucranianos, acusados de participar en actividades para desestabilizar Ucrania a instancias del gobierno ruso.
El pasado abril fueron sancionadas 16 personas y entidades en lo que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, describió como “el inicio de una nueva campaña de Estados Unidos contra el comportamiento maligno ruso”.
La secretaria de la Casa Blanca, Jen Psaki, advirtió hace poco que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y los altos cargos de su gobierno podrían ser sancionados “más de lo que se hizo en 2014″ por Crimea.
Las sanciones personales no son tan efectivas como las de que afectan a industrias, algo que el gobierno también está valorando. Pero pueden asestar un golpe psicológico y convertir en parias internacionales a los sancionados.
Por ejemplo, algunos republicanos en el Congreso quieren que Estados Unidos estudie sancionar a Alina Kabaeva, medallista olímpica de oro en gimnasia rítmica y que según medios es la novia de Putin.
Es difícil llegar a los activos del propio Putin.
“Su fortuna está oculta por todo el mundo y seguir la pista a esas cosas no es fácil. Pero le complicará la vida”, dijo Scheherazade Rehman, profesora de negocios internacionales y asuntos internacionales en la Universidad George Washington.
Cuando esta semana se le preguntó sobre que Biden dejaba la puerta abierta a sanciones personales contra Putin si Rusia invade Georgia, Peskov advirtió que esa clase de medida sería “políticamente destructiva” para los lazos entre Rusia y Estados Unidos.
Las sanciones estadounidenses en Rusia pueden tener amplios efectos económicos si se aplican a objetivos de especial importancia financiera, y algunos programas lo hacen al señalar tanto a personas como a empresas y prohibir algunas clases de transacciones.
Agencias federales pueden jugar un papel a la hora de hacer cumplir las sanciones o limitar la actividad comercial.
El Departamento de Estado puede restringir visas y ayuda extranjera, y el Departamento Comercial puede restringir las licencias para exportaciones comerciales.
El Departamento de Defensa puede restringir las ventas de armas y el Departamento de Justicia puede perseguir a quienes incumplen las leyes de exportaciones. Además, el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI pueden revisar las visas para viajar a Estados Unidos.
