La edición de Eurovisión que se celebra estos días, con la previa del concurso Benidorm Fest para elección del representante español en la cita, vuelve de nuevo a ser motivo de controversia. Te contamos los detalles en el vídeo que acompaña a esta pieza.
Una controversia que está en el uso de Autotune, una tecnología que permite a cualquiera, sí, también a usted, afinar cuando canta. El caso es que la artista Luna Ki ha decidido no participar en Eurovisión porque la organización no le permite utilizar de esta tecnología, que aparte de una herramienta para afinar mejor es considerada ya como un efecto, un recurso más, una característica, de diferentes géneros de la música actual como el trap o el reguetón. De hecho comparan Autotune con el uso del micrófono: nuestra voz nunca puede sonar tan alto, y sin embargo su uso se ha normalizado.
Para bajar al terreno lo que es el Autotune podríamos compararlo con las operaciones de estética. Se trata de que algo que no se encuentra de forma natural en nosotros sea representado como tal, como si lo tuviéramos y fuera real, a pesar de que no esté en el conjunto de nuestras condiciones.
La organización de Eurovisión tiene entre sus normas la imposibilidad de utilizar voces grabadas o efectos como Autotune
En la práctica, Autotune nos permite cantar una determinada canción con la certeza de que, con el debido tratamiento informático, esté afinada. Esta tecnología permite establecer diferentes niveles de intensidad o afinación en su uso. Si se utiliza al máximo de su potencial la voz tratada nos sonará con un tono metálico, muy robotizado, que seguro que has escuchado.
Básicamente, lo que hace Autotune es calibrar las notas en que se canta la canción para alterarlas digitalmente y encajen con la tonalidad en que deberían estar según la música sobre la que suene la voz. La organización de Eurovisión tiene entre sus normas la imposibilidad de utilizar voces grabadas o efectos como Autotune.
