En la nave del Evangelio de la capillita de la calle Jovellanos se encuentra ‘El sueño eterno de San José’, un imponente conjunto escultórico atribuido a Cristóbal Ramos que es una metáfora de lo que anheló el fraile Diego de Valencina tras la quema de 1931: que el templo renaciera de las cenizas. Este capuchino que fue secretario del Museo de Bellas Artes luchó contra cielo y tierra para afrontar su reconstrucción pese al enorme coste económico que suponía. Y lo logró. Terminó las techumbres, la bóveda, los nuevos retablos, las capillas, la sacristía... Sin embargo, la chimenea que se formó en las cubiertas de madera destruyó una gran parte de los frescos y el resto de las pinturas murales...
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