Los años ’30 del siglo pasado estuvieron llenos de grandes efemérides ajedrecísticas en Catalunya. Resulta fácil recordar que una nutrida participación de grandes jugadores extranjeros fue parte importante en el desarrollo y promoción del ajedrez. Así, podríamos citar a los torneos más importantes, tanto lo referente a cerrados como por equipos y es lo que haré más adelante, aunque no respecte demasiado un orden cronológico, en el bien entendido de que no todos los acontecimientos que sucedieron en estos primeros años tendrán cabida aquí, muy a pesar mío. De todas formas, he intentado que una parte importante de ellos vuelvan a ser recordados y los que tengan curiosidad para entrar en cada uno de ellos podrán hacerlo por medio de los enlaces que iré incluyendo.
Pero antes de empezar, permitidme que hable un poco de uno de estos clubs que aparecieron en aquella época y que, sin ser de los más famosos, en seguida consiguió codearse con los mejores. Conviene recordar que el paso adelante del ajedrez catalán empezó con el Gran Torneo Internacional de Barcelona-1929, con la llegada de Capablanca y otros grandes maestros. Ya había existido un buen aperitivo con el Torneo de Altura, José O. Badía. Pero todo ello no hubiera sido posible sin la colaboración de todos aquellos clubs, jugadores, organizadores, promotores, mecenas y directivos que, dentro de su anonimato, fueron los verdaderos artífices del desarrollo del ajedrez en España. Y no conviene olvidar tampoco a todos aquellos cronistas y periodistas que intentaron plasmar en la prensa –mucho más receptiva entonces que en la actualidad, aunque siempre he encontrado a faltar más información gráfica- los momentos más interesantes de todo lo que sucedía en el entorno ajedrecista.
Emblema del Escacs Club Gran Cafè Espanyol
(Foto: Gentileza de Miquel Artigas)
Y aquí hablaremos un poco de algunos de estos clubs, cuando la mayoría de ellos ya no existen, si no anónimos, sí olvidados por el paso del tiempo. Así, pues, creo que es de justicia rescatar a todos los que irán saliendo, y también a sus jugadores, a pesar que sus nombres no estén grabados en letras de molde en casi ningún sitio porque, de algún modo, fueron parte muy importante en nuestra historia. Uno de los clubs modestos fue, sin duda, el Club d’Escacs Gran Cafè Espanyol.
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