El secretario de Comercio Interior discute con las empresas alimenticias y de productos de consumo masivo quitar algunos bienes listados y cambiarlos por otros. Por zona geográfica también habría cambios.
Con el congelamiento de precios en marcha y vigente hace menos de una semana, el Gobierno se lanzó a perfeccionar una medida que a la luz de su propio accionar se tomó en forma apresurada, sin el acuerdo de las principales compañías del sector alimenticio, que hoy ponen sobre la cuerda floja su efectividad por los tres meses en que estaría vigente.
El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, comenzó esta semana negociaciones con los representantes de las compañías cuyos productos quedaron involucrados en el congelamiento para rever el nivel de acuerdo y abrir una instancia de negociación que podría suponer el "deslistado" de ciertos bienes, a cambio de incorporar otros en su reemplazo.
El accionar de Feletti quedó al descubierto por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que temprano en la mañana visitó la Casa Rosada para reunirse con el jefe de gabinete, Juan Manzur, y el titular de Economía, Martín Guzmán, y por la tarde visitó la sede de la Confederación General Empresaria (CGE), donde los empresarios pymes reclamaron acciones contra las compañías proveedoras de insumos cuyos valores se dispararon sideralmente en los últimos meses.
"Hay un largo trecho de negociación por delante, porque buscamos que las empresas comprendidas cumplan con los preceptos [del congelamiento]", señaló Kulfas. "Hay posibilidad de hablar de un intercambio de productos, para lograr así el objetivo de reducir el costo de la canasta básica", puntualizó.
El ministro de la cartera que lleva el pulso de la economía real destacó las "acciones de fiscalización" que gobernadores e intendentes encabezaron el fin de semana en supermercados y grandes plataformas, y reconoció que "una vez lanzada la política, buscaremos refinarla y calibrarla para que llegue a todos los hogares del país de la mejor manera posible".
A pesar de negar que el congelamiento pueda devenir en desabastecimientos, lo cierto es que el Gobierno tomó nota de los faltantes de bienes de primera necesidad en la última etapa de vigencia del anterior congelamiento, dado a conocer como Precios Máximos, y de allí que, pese a buscar un efecto inmediato de recuperación del poder de bolsillo, se vea obligado a negociar con los empresarios para no repetir imágenes de góndolas vacías.
Fuerte crítica de las empresas estadounidenses al congelamiento de precios
Amenaza latente
En el encuentro con la gremial empresaria que ideológicamente más cercana se siente al Gobierno, Kulfas recibió reproches de empresarios que en los pultimos meses experimentaron un crecimiento considerable de sus costos, por la suba habida en los insumos. La suba de aproximadamente 700% del cuero, que golpea al calzado, la marroquinería y otras industrias, fue puesta sobre la mesa.
El Gobierno invitó a estos empresarios a recurrir a los canales de denuncia que posee la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) y alentó a que promuevan acciones para sancionar con multas económicas a empresas que incurran en abusos de la posición dominante que puedan tener en un mercado.
En otro sentido, y con la presencia de representantes de la CGT, como el metalúrgico Antonio Caló, el Gobierno lanzó un pedido a los empresarios para ceder un poco en la puja distributiva y favorecer una recuperación de los salarios, que incentiven el consumo y favorezcan que la rueda de la economía comience a girar con más velocidad.
Kulfas también adelantó que en reuniones con ministros de diferentes provincias se discute la modificación de la lista de Precios Congelados según la región geográfica del país, para responder a "los diferentes patrones de consumo", pero también por la diferencia que el componente logístico hace en el costo final de ciertos bienes que deben trasladarse cientos o miles de kilómetros.