Los resultados surgen de un informe de Taquión y Horus, el cual también indica que 7 de cada 10 argentinos consideran que Cristina Kirchner fue la responsable del recambio ministerial.
El 50% de los argentinos considera que la llegada de Juan Manzur como jefe de Gabinete y de Aníbal Fernández como ministro de Seguridad perjudica al Gobierno porque representa a la "política tradicional": así lo indica una nueva encuesta en base al Monitor Nacional de Taquión y Horus.
Los encuestados señalaron que la designación de ambos funcionarios apuntala a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ya que tanto Aníbal Fernández como Manzur pertenecen al sector "cristinista" del oficialismo, según los consultados.
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Estas respuestas se dieron en el marco de la tensa semana que vivió el oficialismo luego de su mal desempeño en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a mediados de septiembre, cuando unos 10 funcionarios afines a la vicepresidenta pusieron su renuncia a disposición del presidente Alberto Fernández.
Esto desembocó en una crisis interna dentro del Gobierno en una estrategia para forzar un recambio ministerial que Cristina Kirchner encendió todavía más al compartir una carta pública indicando su opinión al respecto: la polémica llevó a un Gabinete renovado con nuevos funcionarios cercanos a la vicepresidenta, desde Aníbal Fernández en Seguridad hasta Julián Domínguez en Agricultura, Ganadería y Pesca o Daniel Filmus en Ciencia y Tecnología.
En este contexto, 7 de cada 10 encuestados se mostraron de acuerdo respecto a la idea de que Cristina fue la responsable del recambio ministerial como parte de una estrategia política para remontar los resultados del Frente de Todos en las elecciones legislativas de noviembre luego del mal desempeño del Gobierno en las PASO.
La encuesta, realizada entre el 22 y el 27 de septiembre a usuarios con acceso a internet de todo el país, también indica que 7 de cada 10 argentinos se mostraron en desacuerdo con los cambios en el Gabinete nacional, ya que "no encuentran con esta decisión una solución real que cambie la vida de las personas". A su vez, esto deriva en un sentimiento acorde al clima de "preocupación" e "incertidumbre", observó Taquión en su análisis.
Por otro lado, los encuestados expresaron su descontento con las medidas tomadas por el Gobierno luego de los resultados desfavorables en las PASO, etiquetando de "oportunistas" a ciertas políticas oficialistas dispuestas en las últimas semanas.
La medición refleja el malestar de la sociedad ante la actual gestión e indica que los esfuerzos del Gobierno para revertir los resultados de las PASO en noviembre no están siendo acogidos tan cálidamente como se esperaba: predominan entre los encuestados la desconfianza, la preocupación y la vergüenza.
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Medidas de corte económico-social como el aumento del salario mínimo, el establecimiento de la jubilación anticipada para ciertos sectores o la eliminación de retenciones reflejaron también una sensación de reprobación ya que se las tildó de "oportunistas" en busca de mejores resultados para el oficialismo en noviembre.
Lo mismo ocurrió con el relajamiento de las medidas sanitarias frente a la pandemia: el 32% de los encuestados indicó descreimiento y rechazo, manifestando nuevamente que las flexibilizaciones fueron apuradas a raíz de los resultados de las elecciones primarias.
En cambio, los consultados instaron al Gobierno "generar empleo genuino, disminuir los planes sociales, rectificar las jubilaciones y combatir la inflación".
