El turismo de masas es tan exterminador como lo fue la peste. Al menos para Álex de la Iglesia, que presentó ayer en el Festival de Sitges su esperada ‘Veneciafrenia’. La ciudad de los canales («un emblema de belleza») invadida por miles de visitantes que desembarcan de grandes cruceros, como la pandilla capitaneada por la actriz Ingrid García Jonsson. Venecia se convierte en manos del director en el escenario de macabros asesinatos cometidos por un perturbado disfrazado de bufón. Hay terror, hay risas y un final… inesperado.
P - ¿Siente más presión por estrenar su película en el Festival de Sitges, ante el publico más exigente?
R - Es el público más exigente pero también es el público al que más quieres. Yo me siento parte de la gente que viene aquí. Compartimos una manera de ver el cine. Puedes estar de acuerdo o no con mi película, pero eres uno de los míos. A todos nos gusta el mismo cine por encima de otras consideraciones que se pueden ver en otros festivales más de mercado o más preocupados por otras cosas que nada tienen que ver con el mero disfrute.
P - Ha comentado que en ‘Veneciafrenia’ no se ha dejado llevar por el histrionismo que le caracteriza. Por ejemplo, se ve en el final, mucho más suave de lo que nos tiene acostumbrado…
R - Es alucinante que me lo comentéis. Me echáis de menos… ‘Veneciafrenia’ es cine de terror, de suspense, multirreferencial… con muchos elementos clásicos, como de película antigua por las referencias a las máscaras, a la comedia del arte… Los personajes viven una situación detectivesca a lo Jack el destripador. ¿No te recuerda a ‘Los crímenes de Oxford? [película que dirigió en 2008]. A mí, sí.
P - Y sirve de crítica sobre el daño que hacen en las ciudades el desembarco de los grandes cruceros…
R - Eso es lo potente. A mitad de la película descubres que estás en unas claves muy actuales, que se habla del turismo masivo, de destruir las ciudades que amamos, no solo Venecia, también podría haber sido ‘Barcelonafrenia’. La especulación, la necesidad de abastecer lo particular sin pensar en el conjunto. Todos amamos Venecia pero yo voy a ir hoy. Yo me descubro como turista, voy como cualquier otro. Destruimos lo que amamos, de eso va mi película.
P - Al principio puedes empatizar con los villanos, los que quieren acabar con los turistas, pero son tan potentes las tres protagonistas (Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso y Goize Blanco) que inevitablemente te pones de su lado…
R - Exacto, es maravilloso. Es cuando estoy a gusto, bueno, o incómodo, depende, en una película. Es fácil cuando el villano quiere dominar el mundo y todos le odiamos porque está equivocado. Pero si el malvado lleva razón, o no es responsable de un hermano asesino como cuenta la película… es complejo emocionalmente. Ellas parecen unas chicas absurdas cuando llegan pero entiendo lo que les pasa. Me identifico con el personaje de Ingrid porque no sabe si casarse, pero quiere avanzar en su relación, pero le pasa todo esto y decide quedarse en Venecia. Es un acto combativo. Los amigos le dicen que no pasa nada. Tendemos a minimizar un problema real. Para no verlo usamos máscaras o un móvil, para taparte. Te alejan de la realidad.
P - Es uno de los máximos exponentes del cine de terror, pero en España sigue siendo un género minoritario, cuando a veces es la mejor forma de contar ciertas cosas.
R - Eso va a cambiar. Por eso he creado The Fear Collection, para producir más películas de terror. En los años 60 y 70 se hizo mucho cine de terror en España. Quiero recuperar ese cine. ¿Por qué se cuentan mejor las cosas desde el punto de vista del fantástico? Creo que estás más relajado y de pronto las ideas son más útiles.
P - Como con Chicho Ibáñez Serrador, absoluto referente. Suya es ‘La habitación del niño’, dentro de ‘Películas para no dormir’ (2006). En esta edición del festival se presenta la adaptación de ‘Historias para no dormir’. ¿Si le pidiesen adaptar un episodio cuál sería?
R - Haría ‘El asfalto’, una historia que me volvió loco. O aquel episodio del fetiche africano. En realidad todos los episodios de ‘Historias para no dormir’ son buenísimos.
P - Ha revelado durante el festival que su próxima película como productor tras ‘Veneciafrenia’, y dentro de The Fear Collection, será la adaptación de ‘Los sueños de la casa de la bruja’, de Lovecraft, dirigida por Jaume Balagueró. Hoy lleva una camiseta de ‘Carrie’. ¿Qué película de Stephen King adaptaría?
R - ‘Salem’s Lot’, todas sus historias son muy bíblicas, pero en esta, esa casa encantada con vampiro… ‘IT’ es increíble. Cualquier libro de Stephen King tiene fuerza, incluso los que no son particularmente de fantástico.
P - En Venecia coincidió con el rodaje de ‘Misión imposible’ con Tom Cruise. Con lo bien que corre el actor, ¿a quién le pondría detrás para perseguirle?
R - Un monstruo lovecraftiano estaría muy bien. O, mejor, un peligro doméstico. O su mujer. ¿Su ex mujer? La verdad es que ‘Ex’ sería un buen título para una película de terror.
P - Su próxima película es ‘El cuarto pasajero’, con Blanca Suárez. ¿Qué nos puede contar?
R - Nada que ver, es una comedia romántica. Vuelvo a repetir con Blanca, es maravillosa. Pero Ernesto Alterio… no puedo con él. Me fascina, es tímido y en pantalla es alucinante, te mueres de risa.
P - Para un chaval que no conozca su filmografía, ¿qué tres películas suyas le recomendaría?
R - Soy mal espectador de mis propias películas. No veo las películas igual porque mezclo emociones y recuerdos. Mi favorita es ‘Balada triste de trompeta’, es con la que he disfrutado más haciéndola. Y luego te diría que ‘800 balas’ y, por supuesto, ‘El día de la bestia’.