Luego de su etapa simbolista, Jean Cocteau se incorpor? a los surrealistas, pero termin? por volverse tan despreciado por ellos que se dice que aparecieron en tropel durante el estreno de su mon?logo La Voix humaine y le gritaron: ?farsante, eres incapaz de aceptar tu condici?n homosexual?. Y sin embargo Cocteau se volvi? Cocteau, un ser a la altura del deseo. Igual que Almod?var quien acaba de estrenar en YouTube y en Casa Can?bal La voz humana, pieza de arte basada en un libreto de Cocteau que ning?n amante de las bellas artes puede dejar de ver.
Cuando lleg? a Madrid, Almod?var era un muchachito de futuro incierto. Con grandes aspiraciones, pero pocas posibilidades de volverse un artista como Cocteau (irreverente, exquisito, dandy). Y, sin embargo, deseaba. As? lo demuestra el hecho de que La Voix humaine, el mon?logo m?s famoso del franc?s, aparezca una y otra vez en toda su obra. Efectivamente, su esp?ritu est? en La flor de mi secreto, en La ley del deseo y por supuesto en Mujeres al borde de un ataque de nervios, que resulta, en muchos sentidos, la apropiaci?n total del esp?ritu de Cocteau. Donde quiera que hay, en la filmograf?a de Almod?var, un amante adolorido aparece, detr?s, la mujer enloquecidamente enamorada de La Voix humaine.
Hay que decir, por otra parte, que m?s que una pel?cula, esta obra de Almod?var es arte visual. Y es que hay en ella un aire, un aliento de viejo pintor renacentista. En aquellos a?os, por ejemplo, se aconsejaba a los aprendices: ??copia, copia, copia hasta que encuentres la perfecci?n!? Almod?var lo ha hecho. Desde que era un aprendiz hasta hoy que es, sin duda, un maestro. Por supuesto, la ?copia? de Almod?var no tiene nada que ver con la vulgaridad de quien, falto de imaginaci?n, medra con el trabajo ajeno. El espa?ol se ha adue?ado de los grandes directores del cine hasta volverse, por m?rito propio, uno de ellos, pero no uno m?s. Por eso al libreto de Cocteau (tan manoseado) Almod?var ofrece elementos que no aparecen ni en el texto original ni en la ?pera de Poulenc ni en la versi?n de Rossellini en la que, hay que decirlo, s? que hay algo que ha decidido robar: un perro que sirve al director manchego para solucionar un final que Cocteau no hubiese podido prever.
Con estos nuevos elementos Tilda Swinton puede medirse con quienes, antes que ella, han interpretado a esta mujer. Estamos hablando de divas del tama?o de Anna Magnani, Sof?a Loren y la mezzosoprano Jane Rhodes. Nada m?s. Pero ?c?mo no iba a inspirarse Swinton si Almod?var consigui? que le prestaran un vestido de Balenciaga para trabajar con ?l? No se trata de un asunto menor; el Balenciaga es uno de los dos elementos que otorga a la pel?cula de Pedro Almod?var el car?cter oper?stico que se merece este texto. El otro es el fuego. Se dice que alguna vez entrevistaron a Cocteau y le preguntaron: ?si el Museo del Prado estuviese ardiendo, qu? obra salvar?a usted? Parece que Cocteau respondi?: ?el fuego?.
Con fuego y un Balenciaga, con Almod?var y un libreto que ya es cl?sico, Tilda Swinton no necesita m?s para entregarnos una de las interpretaciones m?s l?cidas de su carrera. Porque, en La voz humana tambi?n ella, como el personaje de Agrado en Todo sobre mi madre, se convierte en su propio deseo: en una actriz que trasciende todo lo que significa ser una ?chica Almod?var? para transformarse en una artista capaz de construir con una vieja historia de desamor una nueva historia de amor. Y de amor luminoso. Justamente porque brilla con fuego.
AQ