Los ministros europeos abordan el riesgo que supone el aumento del índice de precios al consumidor en el objetivo de reactivar la economía tras el golpe de la pandemia. En septiembre, la escalada de la inflacion en la zona euro se aceleró al 3,4%, su nivel más alto desde 2008.
Bajo observación. Así tienen las instituciones europeas la escalada de la inflación y de los precios de la energía en la zona euro, ante el temor de que la subida siga acelerándose en los próximos meses, poniendo en riesgo una recuperación económica que viene ganando impulso desde el segundo trimestre pero que aún es endeble y está sometida a una elevada incertidumbre.
Cómo impactará el aumento del precio del gas en la economía mundial
La subida de los precios desde que la economía comenzó a levantarse tras el golpe del Covid-19 será el primer punto en el orden del día de la reunión de dos días del Eurogrupo y el Ecofin que arranca hoy en Luxemburgo. El problema ha irrumpido con fuerza en el encuentro de los ministros de finanzas europeos, que abordarán las implicaciones que puede tener una inflación alta en la reactivación económica.
El debate será una primera toma de contacto y no se espera ninguna conclusión concreta para este encuentro, reconocen fuentes comunitarias, que ya avanzan que va a ser un tema recurrente en los próximos meses.
Las capitales empiezan a ver cada vez más de cerca el fantasma de la inflación, que sigue con su avance imparable en la eurozona. En septiembre, su escalada se aceleró al 3,4%, su nivel más alto desde 2008, según los últimos datos de Eurostat.
Detrás de este ascenso hay varios factores, como los problemas de cuello de botella que está sufriendo la cadena de suministros o la falta de materiales y equipos. Pero el que más preocupa es la fulgurante subida de los precios de la energía que en el último mes se dispararon un 17,4%.
En una nota interna preparada para la reunión, los técnicos comunitarios reconocen que el alza de los precios de la energía tiene "potencial" para desacelerar la recuperación y admiten que la escalada ya está impactando en las economías.
Una inflación disparada y persistente es un riesgo letal para la recuperación. Sus efectos nocivos pueden contagiarse por todas las esquinas de la economía. Desde las cadenas de suministros, hasta los márgenes de beneficio empresariales, pasando por el impacto sobre los precios al consumidor y la presión al alza sobre los salarios .
Otro de sus efectos negativos es que puede obligar al BCE a una retirada prematura de los estímulos extraordinarios que ha desplegado para afrontar la crisis del Covid, poniendo en riesgo la reactivación económica.
La visión en los pasillos comunitarios es que se trata de una subida temporal y que los factores que están impulsando el alza de la inflación desaparecerán en 2022. Ese es el escenario base del BCE y el que hace suyo también el Eurogrupo, aunque la presidenta del banco central, Christine Lagarde, avisó recientemente de que hay factores "limitados" de que la subida de la inflación pueda durar más de lo esperado.
Por otra parte, el Gobierno se ha movido en las últimas semanas para colocar el problema de la subida de los precios de la luz en el foco europeo, incluida una carta a la Comisión pidiendo una solución conjunta, y ha surtido efecto. El debate dará el salto al próximo Consejo Europeo del 21 y 22 de octubre, donde será uno de los puntos que los líderes de los 27 abordarán durante la cumbre.
Fuentes del Ministerio de Economía ven con satisfacción que el problema ya se esté tratando a nivel comunitario, pues entienden que "tiene que haber una solución común a un asunto tan complejo".
El Gobierno está a la espera de conocer la propuesta que está preparando la Comisión y que prevé presentar en las próximas semanas. Bruselas trabaja en un paquete de mecanismos que los 27 puedan utilizar para paliar el impacto de la subida de los precios de la luz en los consumidores.
