Sébastien
Ogier llegaba al
Rally de Finlandia, una de las pruebas más espectaculares del campeonato, la más veloz del Mundial, con su primera oportunidad real de sellar su octavo título en el
Mundial de Rallies WRC, su segunda corona con Toyota. Con 44 puntos de ventaja sobre su compañero galés
Elfyn Evans y 50 sobre
Thierry Neuville, el francés necesitaba salir de la cita nórdica con 60 puntos de margen para descorchar el Champagne. Pero por ahora, el 7 veces campeón no empezó de la mejor de las maneras. Abriendo pista en los rapidísimo tramos del 1.000 lagos, en
Jyväskylä, en los caminos aledaños a la sede del conjunto Toyota, no se sintió cómodo y jamás pudo estar en los tiempos de cabeza, terminando la primera jornada en la séptima posición de la general, a 33"6 de un gran
Craig Breen (Hyundai Motorsport).
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