Llovía fuera de la pista central del Ariake Tennis Center, la única con actividad en la jornada olímpica, así que todos los ojos estaban centrados allí. Lo habrian estado de la misma forma, pues era el turno para Naomi Osaka, uno de los ídolos del pueblo japonés y la atleta elegida para encender el fuego olímpico. Un icono nipón que tenía dibujado el oro en su hoja de ruta, pero que no podrá cumplir con ese camino tras caer ante la checa Vondrousova.
Después de dos años de altibajos, parecía que Osaka había recuperado el rumbo con los éxitos en el US Open 2020 y en el Open de Australia 2021. Sus problemas mentales y de confianza se habían quedado atrás, reencontrándose con su mejor juego antes de la cita de su vida.
Solo la fobia a los medios mantenía inquieta a la japonesa, que en Tokio volvió a enfrentarse a la prensa cara a cara después de dos meses sin hacerlo. No le quedó otro remedio, sobre todo tras haber sido la elegida para encender el pebetero. Un honor que le cargaba de más presión para afrontar el torneo olímpico.
Tras haber superado la china Zheng en primera ronda y de haber dejado en la cuneta a Golubic, Osaka tenía una prueba asequible ante Marketa Vondrousova (número 42 del mundo). Un partido que se disputó bajo techo por la lluvia y que no comenzó bien para la japonesa.
Su actitud corporal nada más entrar en pista delataba un día complicado. Calentamiento pesado, sonrisa borrada de la cara y primeros raquetazos a la red. Nada le funcionaba a la estrella de Japón, que sufría en cada intercambio y que rehuía los puntos largos. Un suplicio el primer set para ella (6-1).
Reseteó Osaka en el descanso, buscando olvidar la primera manga y centrarse en el resto del partido. Lo hizo siendo más agresiva con su servicio y rompiendo incluso el de su rival para ponerse 2-1 arriba y saque. Un pequeño alivio que no le duró mucho. Porque Vondrousova siguió a lo suyo, jugando confianda desde el fondo y abusando de unas dejadas que empezaron a desesperar a la japonesa.
Llegó el set igualado a 4-4 y ahí reaparecieron los miedos de la nipona. La presión de verse fuera antes de lo esperado. Luchó ya contracorriente, levantando una bola de partido e intentando reaccionar hasta el final, pero no lo consiguió (6-4). Adiós a Tokio 2020 y a su sueño olímpico en casa. Tragedia griega a la japonesa. Fin para una de las estrellas de los Juegos que deja desolados a los japoneses.
