El sector inmobiliario está sufriendo una importante transformación en Elda. Diez años atrás nadie podía imaginar que una ciudad industrial, situada en el interior de la provincia y a 40 kilómetros de distancia de la playa, pudiera convertirse en un mercado al alza de pisos vacacionales. Pues bien, en los últimos cuatro años ha aumentado exponencialmente la adquisición de pisos de segunda mano en Elda, como producto de inversión por el tirón de la costa y los bajos precios. Es un fenómeno que las agencias inmobiliarias achacan a varios factores. El principal es que las viviendas de segunda mano resultan muy baratas. La media puede oscilar entre los 25.000 y 40.000 euros pero suele tratarse de pisos situados en segundas o terceras plantas que carecen de ascensor y necesitan pequeñas reformas de acondicionamiento por su antigüedad. Se encuentran en barrios céntricos y suelen ser propiedades heredadas, que los dueños quieren vender pronto, o bien residencias habituales de personas mayores para las que enfrentarse a las escaleras es un incordio.