Fue uno de los primeros jueces de lo Penal de Alicante y el más veterano del Palacio de Justicia. Miguel Herrero ha colgado la toga al llegarle la hora de la jubilación. Se fue en silencio, sin homenajes. Como había dicho a sus compañeros de la judicatura que haría cuando llegara el momento. Los tiempos del covid desaconsejan esas comidas multitudinarias con las que los miembros de la Administración de Justicia suelen despedir a los que se van. Pero a él tampoco le gustaban ese tipo de eventos. Solo ha aceptado una pluma que le compraron sus compañeros del juzgado de lo Penal para despedirle.