«Querida Elena Francis. Hace mucho que escucho tu programa, las más de las veces en silencio, cuando me peino y me tranquilizo mientras me pongo a mirar la sierra, pero ha sido la reciente incorporación a tu consultorio de cartas de oyentes que mantienen relaciones de progreso, fuera del ámbito castrador del heteropatriarcado, lo que me ha animado a escribirte para confesar mi quebranto y buscar una salida a la angustia que en vez de corbata llevo anudada al cuello. El caso es que hace tiempo conocí a un compañero de trabajo, siete años mayor que yo. Al principio no me hacía mucho caso, e incluso iba diciendo por ahí que le quitaba el sueño llegar a algo serio conmigo....
Ver Más