En «Gran Hermano» hubo un concursante que empezando a notar mucho en común con una compañera a la que pretendía, le espetó: «¿Sabes lo que hay entre tú y yo? Simbiosis. Entre tú y yo hay simbiosis».
El contacto prolongado y romántico del PSOE con el nacionalismo hace que sus relaciones puedan ser explicadas con un fenómeno parecido. Quizás no simbiosis sino ósmosis: cuando un líquido se diluye al contacto con otro de distinta concentración a través de una membrana. Así, el agua va de la menor concentración a la mayor, de lo más diluido a lo que lo está menos; el solvente fluirá hacia el soluto, que es el nacionalismo, a pesar de que soluto parezca una palabra de Pepiño...
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