La premura con la que multitud de empresas se lanzaron a la adquisición de mamparas en pleno marzo para tratar de salvar su actividad en mitad de la expansión del coronavirus contrasta con la tardanza con la que las decisiones se adoptan en las Cortes Valencianas para mantener su funcionamiento. Casi medio año después de la declaración oficial de pandemia y tras varios meses del final del estado de alarma, el Parlamento autonómico ha decidido que es hora de recobrar la presencialidad total de los 99 diputados que lo «habitan».
Lo hará, confirman fuentes de la Cámara, gracias a un informe del Comité de seguridad e higiene, que concluye que sus señorías pueden acudir con normalidad a citas como los plenos si se instalan mamparas protectoras como ha ocurrido en otros parlamentos españoles y europeos.
Precisamente este miércoles, la portavoz del PP, Isabel Bonig, presentaba, junto con el resto de diputados de su partido, un escrito en el registro para la reapertura de Las Cortes con normalidad. «Mientras todos se incorporan a sus trabajos y empiezan las clases, seguimos sin estar todos los parlamentarios. La gente no lo entiende. Hay riesgo de contagio como en todas partes, pero no podemos estar en una burbuja. Además, tenemos el derecho a fiscalizar la acción del Gobierno. Si no se reanuda, se vulnera un derecho fundamental», afirmaba.
El portavoz del PSPV, Manolo Mata, aseguraba que estaba «totalmente de acuerdo» en que volvieran los diputados y que la cuestión se estaba analizando. «La presencialidad en los plenos es muy importante», admitía.
No tan convencida parecía la síndica de Podemos, Naiara Davó, quien consideraba «inviable» que todos pudieran acudir de nuevo «a no ser que se puedan garantizar de alguna manera las medidas de seguridad necesaria». Finalmente, esas medidas se determinarán.
