Un partido bisagra no es un partido de verdad sino una gestoría, a ver si nos dejamos de chorradas. No es posible tener un proyecto nacional merecedor de tal nombre, una visión integradora de las mil facetas de la cosa pública que sea coherente con ciertos valores superiores, y presentarse al público con vocación de calderilla. Tenga, los sesenta céntimos que le faltan. Siempre a su disposición. Para servirle.
Se entiende que aquellos a los que les faltan los sesentas céntimos tiren del bienqueda, loen su apertura de miras y elogien la virtud de las bisagras. También es admisible, porque así es la vida, que alguien que aspira a gestionar el país según ciertos principios -un partido de gobierno- se estrelle...
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