En el año 2012 apenas el Zamora FC de la ciudad de Barinas hacía su debut en la Copa Libertadores de América, gracias al primer título de un torneo corto ganado en la campaña anterior. Salvo uno o dos muchachos del patio, el fuerte de la línea titular eran extranjeros o venezolanos de otras latitudes, la cantera aún no se atendía con seriedad.
Barinas es la capital del estado del mismo nombre, ubicada en el occidente venezolano a poco más de 600 kilómetros de Caracas, la capital del país.
Ya para entonces, el agente de futbolistas FIFA/FVF Eligio Restifo Gauthier trabajaba con el cuadro llanero, representando varios jugadores foráneos como el colombiano John Córdoba, el argentino Luciano Ursino, el uruguayo Nelson Semperena y el panameño Gabriel Torres y a la par se iba involucrando poco a poco con la organización preguntando por el talento emergente. La intuición de quien sabe de fútbol debe apuntar hacia el semillero.
Fue allí donde Restifo apostó por 3 chicos de 18 y 19 años que venían de ser Campeones Sub 17 con la filial zamorana y Campeones Nacionales juveniles representando al estado. En el instante que convino ser su agente ya habían tenido algunos minutos en la primera escuadra, pero estaban distantes de explotar y mostrar sus mejores cualidades.
Eligio Restifo, descendiente de italiano y francesa, llevaba desde pequeño la pasión futbolera y junto a su hermano mayor Reinaldo se habían desarrollado jugando en el colegio hasta que tuvieron el chance de hacerse profesionales e incluso vestir la camiseta del Seleccionado venezolano. No era un advenedizo en la profesión. Después del retiro de las canchas estuvo en cargos dirigenciales en el club que presidía su padre, hasta que en el 2010 presentó ante la Federación Venezolana de Fútbol la prueba para hacerse de la credencial de agente FIFA.
A finales del 2013, ya con Noel Sanvicente entrenando a Zamora FC, dos de los chicos se hacían jugadores fijos en la convocatoria y, uno de ellos, Pedro Ramírez, deslumbraba con su fútbol chispeante y vertiginoso, mientras RG SOCCER, la empresa de Restifo, lo acompañaba, producía sus audiovisuales y comenzaba a exponerlo a otros agentes y clubes en el mundo. La participación del plantel barinés en competencias internacionales facilitaba la labor.
Desde esos días comenzaron los rumores que clubes europeos entre ellos italianos y alemanes querían conocer más de Pedrito. En enero del 2014 se confirmó el interés del FC Sion de Suiza lo que apuró a su representante el mes siguiente viajar a la ciudad de Martigny con el jugador y el gerente de Zamora a firmar el contrato que en principio ataba al barinés con la institución helvética por cinco años. En junio al terminar el Clausura, se iría a hacer pretemporada en el cantón de Valais enclavado en plenos Alpes.
Aunque el agente caraqueño se sentía sorprendido por la velocidad de los acontecimientos, la fortuna llegaba elevada al cuadrado. Casi de manera paralela firmaba a otro muchacho de Zamora, Juan Falcón, en el Metz del fútbol francés. La gestión efectiva, basada en la confianza a los talentos, su seguimiento y atención personal rendía frutos, cambiando a partir de allí la historia del fútbol barinés que seis años más tarde ha visto como hasta 16 futbolistas, entre hembras y varones, ya han vestido camisetas en diferentes clubes del orbe, gracias a aquel precursor llamado Pedrito, en el que un convencido del talento joven se empeñó en impulsar. La historia continuará…
Por Luis Edgardo Aguilar.
