Ni la distancia, ni el océano, ni el peligro de la travesía, ni el coronavirus son impedimentos para que cientos de migrantes embarquen cada semana en la costa oeste de África para poner rumbo a las Islas Canarias. No obstante, las malas condiciones del mar durante la noche de ayer ha provocado dos naufragios de dos pateras en diferentes lugares, pero ambas con dirección al archipiélago.
Según anunció la portavoz de la ONG Caminando Fronteras, Helena Maleno, la primera de ellas naufragó a la altura de Dajla (Sáhara), de la cual se hallaron 27 cadáveres y se rescató a diez supervivientes, si bien la ONG ha informado a través de Twitter que hay un número desconocido de desaparecidos de esta embarcación a los que aún se está buscando.
Por otro lado, la segunda patera naufragó en alta mar a la altura de la costa de Nuadibú, en Mauritania, de la que, según ha informado Efe, se ahogaron otros 40 inmigrantes subsaharianos y que la Marina Real de Marruecos pudo rescatar a un único superviviente.
Esta catástrofe afirma que, a pesar de la dificultad de la travesía y los más de 1.500 kilómetros que han de recorrer, las pateras han optado por cambiar de ruta para llegar a Europa. Desde el verano de 2019 se ha vivido un descenso de embarcaciones que cruzan el Mediterráneo -forzado por el cierre de fronteras- mientras la ruta Atlántica ha vuelto a crecer acercándose a los números de la década pasada cuando se vivió la ‘crisis de los cayucos’ en 2006.
Este año han llegado 3.269 inmigrantes por vía marítima a Canarias en estos 7 meses, lo que supone 2.679 más que en 2019 cuando la cifra fue de 590, y también se ha incrementado el número de embarcaciones, que ha pasado de 51 el curso anterior a 108 este año. Asimismo, el hecho de que varios de estos migrantes hayan llegado a las islas contagiados por Covid-19 -aunque sean aislados nada más bajar de la patera- ha generado una inquietud en el archipiélago que ha provocado desafortunados episodios racistas en Tunte, en Gran Canaria, cuando la Policía Nacional trataba de trasladarlos a un centro aislado para pasar la cuarentena.
