Arranco con una confesión. No entiendo por qué Andrés Manuel López Obrador accedió a reunirse con Donad Trump en Washington a cuatro meses de las elecciones en este país sin buscar también un encuentro con el candidato demócrata a la presidencia o con el liderazgo de ese partido en el Congreso. No había nada que ganar y sí mucho que perder.
El encuentro no produjo ningún acuerdo formal, tampoco se avanzó en los temas pendientes de la agenda bilateral o en el combate conjunto a la pandemia. En suma, el Presidente de México fue requerido para una sesión de modelaje político parecida a la que tuvo hace unas semanas Trump en la iglesia de St. John’s.
AMLO y su equipo se equivocan si piensan que toda esta adulación y hasta el servilismo derrochado en su discurso les va a ganar la lealtad de Trump. Apenas unas horas después del encuentro, el equipo que trabaja para reelegir a Trump utilizó las palabras de López Obrador para responder un tuit de Joe Biden. Este es solo el comienzo.
Si la estrategia es simplemente ganar algo de tiempo y evitar que Trump utilice al país de piñata en la campaña, entonces AMLO y el canciller Ebrard subestiman el daño que esto podría ocasionarle a la relación bilateral en el largo plazo. Lo que es peor, pactan con un hombre que se ha dedicado a violentar la dignidad de millones de mexicanos que viven en Estados Unidos.
Puedo entender que, como dice Vito Corleone en El Padrino, AMLO recibió una oferta que no podía rehusar. No hay una relación más importante para México y los mexicanos que la que tenemos con Estados Unidos. Pero, de eso a pararse en la Casa Blanca para decir que Trump ha sido respetuoso con los mexicanos, hay un mundo de diferencia.
Andrés Manuel López Obrador se presenta como heredero de los grandes personajes en la historia de México. De ahí nace la idea de la cuarta transformación. Pero si AMLO pretende codearse con Juárez no basta con celebrar que Trump se comprometa a no mencionar el muro; la exigencia debería ser que lo derribe. La presidencia no es un espacio para decisiones fáciles. La relación con Estados Unidos en la era Trump es un campo minado. Frente a una serie de malas opciones, López Obrador eligió la peor por lo que dijo, en donde lo dijo y a quien se lo dijo.
@Enrique_Acevedo