La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, advierte de que la cumbre del clima que arranca el lunes no podía dejarse de celebrar: "Habría generado un importante desánimo”
Al poco de conocerse que España iba a acoger la cumbre del clima de la ONU, conocida como COP25 y que comienza este lunes, a Teresa Ribera (Madrid, 50 años) se le llenó el móvil de mensajes de agradecimiento, entre otros de españoles expatriados. Le daban las gracias porque España no dejara caer esta cumbre. Que no se celebrara, dice la ministra, “habría generado un importante desánimo”. Esta cita anual debía celebrarse en Latinoamérica. Brasil era la designada, pero renunció tras ganar las elecciones Jair Bolsonaro. Chile se ofreció entonces. Pero las protestas obligaron a ese país también a renunciar hace menos de un mes. Se ha tenido que montar en un tiempo récord una cumbre a la que se espera que asistan más de 20.000 personas.