Son varios los grupos y fanpages que usuarios de Facebook han abierto con el fin de crear redes de apoyo para que los usuarios encuentren empleo rápidamente; sin embargo, existe un nuevo modus operandi que se repite en varios de estos espacios: vacantes para masajistas, aún sin experiencia.
Desde perfiles que apenas cuentan con una decena de amigos –que además no suelen tener fotos de personas, sino de personajes ficticios o paisajes, y que regularmente tienen nombres de mujeres– se ofertan empleos de masajistas particulares o para spas; mientras en algunos no mencionan a cuánto asciende el salario, otros prometen hasta mil pesos por encuentro.
Así es cómo varias mujeres, con necesidad de encontrar empleo bien remunerado, programan citas a través de estos perfiles presumiblemente falsos y han llegado hasta casas-habitación en el fraccionamiento El Saucillo, Mineral de la Reforma.
Así fue cómo C.F.G. concertó una cita con quien se ostentaba como Yuri Esmeralda Carrasco (perfil que ya no aparece en las búsquedas), a quien además jamás conoció, aunque a la cita sí se presentó un hombre que la llevó a un domicilio en el fraccionamiento El Saucillo para hacerle la “prueba” como masajista.
Después de brindar el masaje, el hombre la llevó cerca de la iglesia de San Francisco, parte centro histórico de Pachuca, y le dijo que tocara en uno de los locales frente al lugar, donde la presunta Esmeralda le pagaría lo pactado; Esmeralda jamás llegó y en el lugar donde C.F.G. tocó no había nadie relacionado con anuncios sobre vacantes para masajistas.
A partir de ese momento, el perfil de Esmeralda comenzó a enviar mensajes amenazadores a la joven, mediante los que presuntamente le decía que el hombre que se había presentado a la cita era un delincuente y que por ende debía hacer lo que él le pidiera. A través de diversos mensajes en los que apuntaba que sabía su domicilio y el de su hija, la persona detrás del perfil falso logró conseguir fotografías de C.F.G., con las que después la extorsionaría.
Las fotografías comenzaron a publicarse en redes sociales, por lo que la joven decidió realizar la denuncia pertinente ante el Ministerio Público ubicado en Pachuca; sin embargo, para su sorpresa, la ministerio que la recibió le dijo que no había delito que perseguir y le recomendó que para su seguridad mejor cambiara de número telefónico, cerrara su cuenta de Facebook y, si tenía la posibilidad, cambiara de residencia.
Asimismo, a pesar de que en los diversos grupos que se ostentan como bolsas de trabajo, los usuarios han denunciado este tipo de experiencias, los administradores no han tomado cartas en el asunto; tampoco han comenzado a verificar o filtrar perfiles falsos o vacantes sospechosos que puedan detonar en trata de blancas.
“Sí es abuso sexual; esta forma de violencia consiste en varias cosas, se les está engañando para que vayan y hagan algo que, una: no lo quieren hacer, se les dice que se les va a pagar y no se les paga; dos: se está abusando de esa condición de necesidad de trabajo (…) seguramente quien las busca está tipificando este perfil: que sean mujeres, que no sepan denunciar, que no tengan apoyo familiar o que se encuentren en alguna situación de vulnerabilidad”, acotó Lol Canul, psicóloga social y maestra en Ciencias de la Salud, así como activista por los derechos humanos y reproductivos.
"Son en realidad varias formas de abuso: ¿quién es el que victima y quién es la víctima? Porque ahí están las relaciones de desigualdad (…) en este caso, ¿cómo se demuestra la violencia? Pues porque las mujeres no tienen trabajo, ahí hay una parte económica; tampoco tienen los conocimientos para darse cuenta que lo que ocurre es un tipo de abuso", concluyó.
