Es frustrante. Ya estuviste toda la semana encima de la caminadora y conforme pasan las semanas no ves que una lonja baje tantito o por lo menos de haga la disimulada. ¿Qué está pasando? Bueno, podrías estar haciendo mal algunas cosas y por esto no has podido ver los resultados que te gustaría tener. Estas […]
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Es frustrante. Ya estuviste toda la semana encima de la caminadora y conforme pasan las semanas no ves que una lonja baje tantito o por lo menos de haga la disimulada. ¿Qué está pasando? Bueno, podrías estar haciendo mal algunas cosas y por esto no has podido ver los resultados que te gustaría tener. Estas pueden ser las causas.
El cambio en tu cuerpo lleva tiempo, apunta hacia metas realistas. Si cuando ingresaste al gym el entrenador te prometió ser una fitness en 2 meses, ¡miente! Necesitas ser constante, pero también necesitas tiempo. No todos los cuerpos son iguales, existen personas que se marcan antes que otras. Dos meses no son suficientes para ver un cambio tan drástico. ¡No te frustres! Ponte metas pequeñas para que sea más fácil alcanzarlas.
No solo es ir al gimnasio y ya. La buena alimentación y el ejercicio deben de ir de la mano para lograr un buen resultado. No sirve de nada que vayas al gimnasio y te esfuerces y al llegar a casa comas una rebanada de pastel. Sólo compensarás las calorías que acabas de quemar. Recuerda que tu dieta es de lunes a domingo, consulta siempre a un nutricionista que te oriente.
Las rutinas del gimnasio se deben cambiar cada mes porque tu cuerpo se acostumbra a ellas y “pierde el efecto”. Tu cuerpo se adapta y la rutina va a hacerse más fácil, lo que nos lleva a un estancamiento. Recuerda que, además de cambiarla, debes hacerle saber al entrenador cuáles son tus objetivos. No todas las rutinas sirven para lo mismo. Busca orientación, el entrenador te guiará para que a través de tus cualidades, medidas y muchos otros elementos tengas un plan de acción a seguir.
Nadie dijo que iba a ser fácil. Pero si tú paras cuando empiezas a sentir la menor molestia, no estás esforzándote lo suficiente. Cuando tú fuerzas a los músculos a seguir adelante sin importar el dolor, los fortaleces. Si los fortaleces, empezarán a crecer y así tendrás un músculo fuerte y tonificado. De nada sirve que pares a la menor molestia, porque es ¡como si no estuvieras haciendo nada! Si sientas que te estás lesionando, entonces ¡DETENTE!
Sabemos que hoy en día, vivir una vida plena y sin preocupaciones no es posible. El 90% del tiempo vivimos estresadas. Si has tenido un día muy duro en el trabajo y no llegas al gym con la mentalidad de dar tu 100%, no podrás disfrutar de los resultados. Tener un cuerpo bonito es difícil, vas a tener que esforzarte, dar lo mejor de ti y llevar tu cuerpo al límite ¡Cambia de actitud! ¡Puedes lograrlo!
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