La última ronda de negociaciones entre Estados Unidos y China arrancó el jueves en Pekín con avances significativos, especialmente en lo que se refiere al robo sistemático de propiedad intelectual y la transferencia forzada de tecnología que sufren las compañías extrajeras que operan en el gigante asiático. Los negociadores chinos también parecen dispuestos a abrir su jugoso y creciente mercado en la nube a proveedores internacionales.