Cada año que termina nos ofrece una oportunidad invaluable para reflexionar. El 2024 ya es historia, con sus triunfos y lecciones difíciles.
Ahora, el inicio de este nuevo año nos invita a hacer un balance sincero: ¿qué aprendimos, qué logramos y qué debemos dejar atrás? Este ejercicio no es solo una pausa, es el primer paso para diseñar un nuevo plan, una estructura sólida para alcanzar nuestras metas y construir el futuro que deseamos.
Quiero compartirles un mensaje inspirador de Drexel Washington, actor, productor y ahora pastor, que nos recuerda la importancia de la resiliencia y la claridad en nuestras relaciones y objetivos:
“Si quieres destruirme, apunta bien, porque si fallas, yo no fallaré.
No odio a nadie, pero he aprendido a sacar de mi vida a quienes me decepcionaron.
Hablas cuando quieres, yo respondo cuando me da la gana.
Acepté muchas cosas en el pasado, pero nunca más lo haré.
Puedes irte de mi vida cuando quieras, pero no regresarás cuando te plazca.
No he cambiado, solo abrí los ojos. Mi único error fue confiar demasiado rápido.
Hoy prefiero la paz a las discusiones. No guardo rencor, pero hay personas con las que ya no quiero contacto. No les deseo ni bien ni mal, solo que reciban lo que merecen, lejos de mí.
Agradezco a quienes me dijeron que no, porque gracias a ellos aprendí a hacerlo por mí mismo."
Este 2025 es una hoja en blanco, lista para que escribas en ella una historia de renacimiento y éxito. Los retos del pasado no son fracasos, son oportunidades para aprender y fortalecerte. La clave está en reconocer tus propias capacidades, cuidar tu paz y rodearte de quienes suman a tu vida.
La vida no es lineal, pero cada giro inesperado puede ser una puerta hacia el crecimiento. No temas empezar de nuevo. Transformar el fracaso en un renacimiento no solo es posible, es un acto de valentía que define tu carácter.
Que este nuevo año sea el inicio de tu mejor versión.
Con aprecio,
Carlos Peña
