Aliança Catalana, a la que han retratado como ultra y xenófoba, entra en un Parlamento autonómico de nuestro país con dos escaños. Resultado que merece un análisis serio tratándose de una formación novata, surgida en una localidad de apenas 10.000 habitantes y con semejantes señas de identidad, en teoría tan contrarias a esa Cataluña del 'seny', más avanzada y más abierta que el resto de España, como algunos la idealizaban. Pues resulta que a una formación con tan escasos mimbres le ha bastado un discurso ramplón y conectar dos problemas reales —inmigración e inseguridad— para que muchos catalanes piensen que efectivamente hay una relación de causa-efecto entre ambos. La cuestión para analizar el fenómeno abanderado por la alcaldesa de Ripoll...
Ver Más