Durante una asamblea realizada este martes 8 de noviembre en la sede del Sindicato Unitario del Magisterio (SUMA), ubicada en el municipio Valencia, […]
Durante una asamblea realizada este martes 8 de noviembre en la sede del Sindicato Unitario del Magisterio (SUMA), ubicada en el municipio Valencia, docentes pidieron a las autoridades nacionales honrar las deudas pendientes y la asignación de un bono de 600 dólares al mes que les permita cubrir lo requerido en alimentación y medicinas.
Corresponsalía lapatilla.com
Griselda Sánchez, secretaria de reclamos del Sindicato de Maestros en Caracas, indicó que exigen esta bonificación debido a que el Ministerio de Educación mantiene una deuda de 280% desde 2018.
Además, señaló que está en mora la firma del contrato colectivo que tiene más de un año vencido.
“El 21 de diciembre se cumple un año donde ha existido una mesa de negociación, donde las federaciones presentaron una propuesta ante el Ministerio del Trabajo para que se firme una nueva convención colectiva. No podemos esperar y llegar hasta el 2023 con estos sueldos. Los perjudicados van a ser los niños que no van a tener a sus maestros en las escuelas. Necesitamos que se acelere el paso de la discusión”, afirmó Sánchez.
Por su parte, Minerva Zambrano, presidenta de Suma Carabobo, informó que en la propuesta de la tercera convención colectiva de los trabajadores de la enseñanza, también exigen el reconocimiento y reincorporación de las primas contractuales disminuidas desde marzo de 2022 por la Onapre, sumado al incremento del bono de fin de año, vacacional y recreacional a 180 días de salario.
Otras de las exigencias que destacan en el documento son la actualización salarial semestral, independientemente de los anuncios gubernamentales; incremento de la cobertura de HCM y seguro funerario, además del pago de una prima de transporte de 200 bolívares.
Zambrano indicó que aproximadamente 17.000 docentes resultan afectados en Carabobo. Lamentó que ante los bajos sueldos, los profesionales de la educación tengan que dedicarse a otra actividades para llevar el sustento a sus hogares.
“Tenemos una gran tragedia de los educadores donde hemos visto menguar nuestros salarios (…) Nos hemos dedicado al comercio informal, venta de víveres, comida, zapatos, de café. Los docentes salen con sus termos de café, arepitas dulce por los hospitales y CDI. Es lamentable que en un país donde la columna vertebral es la educación, resulta que somos los más desprestigiados, los menos tomados en cuenta”, expresó.
Dijo que han tenido conversaciones con la ministra de Educación, Yelitze Santaella, pero no han obtenido una respuesta concreta en cuanto a la propuesta de la tercera convención colectiva.
Anunció que si el 15 de noviembre no tienen una comunicación oficial por parte de las autoridades, saldrán a las calles a exigir mejores condiciones de trabajo y de vida.
