El Ballet Nacional de Cuba se presentará en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional del 16 al 19 de diciembre
Entre el 16 y el 19 de diciembre el Ballet Nacional de Cuba (BNC), bajo la dirección general de Viengsay Valdés, reinará en la Sala Avellaneda, del Teatro Nacional, esta vez con un estreno y dos reposiciones.
La función del jueves 16 está dedicada a los creadores de las vacunas cubanas contra la COVID-19, quienes tendrán el privilegio de presenciar el estreno en Cuba de Séptima Sinfonía, del bailarín y coreógrafo alemán Uwe Scholz (1958-2004), a partir de la Sinfonía No. 7 en La Mayor de Ludwig van Beethoven; mientras que el día 18 se realizará una gala para los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El programa incluye además Love Fear Loss, de Ricardo Amarante, e Invierno, de Ely Regina Hernández.
Claudia García.
Para la primera bailarina del BNC, Sadaise Arencibia, el estreno en la Mayor de las Antillas de Séptima Sinfonía es un buen comienzo.
«Aunque es una coreografía que ya tiene algunos años de creada, para nosotros es totalmente nueva. Nos aporta un aire fresco y renovador porque es una mezcla del clasicismo, con el estilo neoclásico. El juego de luces es lo que le da la culminación y el toque final de modernidad».
En opinión de Arencibia: «La composición de Beethoven es grandiosa, maravillosa. Todos los pasos que se emplean están totalmente en función de lo que expresa la música, de su intensidad y, al mismo tiempo, de los movimientos».
Sadaise Arencibia.
Luego de varios meses sin presentarse en los escenarios, como consecuencia de la COVID-19, el BNC regresa con este montaje de Séptima Sinfonía, que corrió a cargo de la española Roser Muñoz. Ella laboró con Scholz en el Ballet de Leipzig, Alemania. Hoy es la repositora y maître oficial de sus coreografías.
«Roser es una persona con la que resulta muy fácil trabajar. Tiene muy buena onda, muy buen carácter y al mismo tiempo nos exige las características de la coreografía que domina y tiene muy bien incorporada.
«Son cuatro movimientos, cada uno muy diferente. Me toca bailar el segundo, que es el de la música más conocida, en un tiempo de adagio, pero que no solamente se regodea en el adagio, sino que tiene también muchos matices», revela Sadaise.
Por su parte, Chanell Cabrera, bailarina principal que lleva siete años en la compañía, asegura que se siente muy feliz de participar en un ballet tan complejo y tan largo.
«Es una experiencia totalmente enriquecedora. Algo nuevo para nosotros. Trabajar con Roser ha sido muy motivador. El proceso ha sido muy fluido, con una energía muy positiva. Como compañía hemos estado juntos, unidos, y pienso que todos vamos a salir adelante».
A pesar de los requerimientos técnicos tan fuertes de esta obra, los bailarines han captado el estilo que les ha transmitido Roser de manera muy rápida, en apenas una semana, destaca Sadaise y agrega:
«Todo el mundo tiene que bailar. Son muchos bailarines en escena y tanto los solistas como el cuerpo de baile hacen los mismos pasos, o sea, la coreografía tiene el mismo nivel de exigencia para todo el mundo. Es un desafío y lo hemos asumido muy bien».
El bailarín principal Yankiel Vázquez Serra, quien pertenece al BNC desde 2011, dice que Séptima Sinfonía «es algo nuevo, diferente, fuerte, intenso y rápido, donde nos tenemos que acoplar. Después de tanto tiempo sin hacer nada requiere de mucha concentración».
De la obra resalta Chanell el trabajo de parneo (baile en pareja dentro de la danza) diferente al del BNC. «Me ha aportado muchísimo como bailarina profesional ser parte de este proceso de montaje».
En Séptima Sinfonía veremos a Darío Hernández en el papel principal del segundo movimiento junto con Sadaise: «Para mí eso es un placer. Voy a entregarlo todo en el escenario y esforzarme al máximo», aseguró.
Dario Hernández
Adrián Sánchez.
Sadaise Arencibia bailará igualmente en Love Fear Loss, una coreografía que considera muy linda y que todos la disfrutan mucho.
Afirma Adrián Sánchez que como ya la había bailado antes, ahora le resultará más fácil y podrá mejorar su interpretación.
En opinión de Claudia García, bailarina principal con siete años en el BNC, este ballet siempre significa un reto, porque tiene mucha carga dramática.
Yankier Vázquez. Fotos: Maykel Espinosa Rodríguez
A Adrián, lo acaban de promover a primer bailarín, algo que lo llena de alegría y al mismo tiempo supone una gran responsabilidad para él.
«Eso es a lo que aspira todo el mundo cuando entra a la compañía. Cuando la directora me dio la noticia resultó muy gratificante para mí, porque fue como un reconocimiento al trabajo que llevamos haciendo desde hace seis años».
Por su parte, Darío ocupa la primera categoría dentro del cuerpo de baile, pero tiene bien definida la meta: «Estoy esforzándome día a día para ascender a la categoría que quiero».
El bailarín ha esperado mucho tiempo para sentir nuevamente la descarga de adrenalina en la sangre que produce bailar ante un amplio auditorio.
«Estuve lesionado. Después vino la pandemia. Volver a los escenarios es algo muy emocionante. Espero que al público le gusten estas funciones, que tienen algo muy especial».
Asevera Claudia que los seguidores del BNC tienen muchos deseos de reencontrarse con la compañía, aunque no sea en su sede habitual del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
«A la sala Avellaneda la conocemos y realmente espero que se llene y escuchar de nuevos los aplausos, algo muy gratificante después de tantos meses difíciles en que estuvimos tratando de mantenernos en forma física para cuando llegara este momento del regreso».
La española Roser Muñoz en el montaje de Séptima Sinfonía ensaya el parneo con los bailarines del BNC. Foto: Leysis Quesada
