Como muchos, no sigo tanto a la realeza más allá de los temas evidentes como la muerte de la princesa Diana (de las cual me enteré por beeper, háganme el maldito favor), cuando Peter Morgan (The Queen, The Crown) nos logró enganchar con sus producciones que nos hicieron apreciar el lado humano de este grupo de personas que parecería tienen una línea directa con lo “divino”, pero pretenden ser más terrenales que cualquiera de nosotros.
Una cosa es terrenal y otra es criminal. Mientras se han gastado mares de tinta y tiempo aire para hablar de Meghan Markle y su atrevimiento al dejar, y llevar con ella a Harry de la familia real, ha sido nula la comparación de lo que se había dicho del tío de los príncipes, Andrés, hijo de la reina Isabel y uno de los señalados hasta ahora, porque hoy ya es acusado, de ser parte del circulo de hombres poderosos que abusaban de esclavas sexuales en el clan del ya fallecido Jeffrey Epstein.
Quien sigue viva y en prisión es Ghislane Maxwell, cuya historia en sí es avasalladora; hoy es acusada de haber facilitado a estas chicas para el uso de su entonces pareja, el financiero en desgracia, Epstein. Miren, se han mencionado muchos nombres, y ahora hay una demanda civil por parte de una mujer, quien era menor de edad, cuando asegura que el príncipe abusó sexualmente de ella, todo facilitado por Jeffrey y Ghislane. Incluso hay una fotografía en la que están el príncipe, la niña y la novia del (semifalso) multimillonario. Está bien, el ex esposo de Sarah Ferguson seguro no tendrá que pisar Estados Unidos si quiere evitar las cortes. Es un buen paso más en esta batalla tan compleja contra la impunidad que por siglos el poder y dinero regaló a los hombres.
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel
